Puede que el nombre Symrise no signifique nada para usted, pero la empresa alemana es un productor líder de perfumes y sabores. Presente en 90 países y con una facturación de 3.500 millones de euros, opera únicamente en el mercado BtoB. Una casa antigua (220 años), Symrise no rehuye la innovación y ha liderado con IBM un proyecto de asistente basado en IA para ayudar a los perfumistas en su creación.
Una combinación inteligente de fórmulas e IA
“Hace unos años, trabajamos con IBM Research para crear una asistente llamada Philyra. Como en una receta de cocina, es capaz de ofrecer ingredientes a los perfumistas para crear perfumes”, recuerda Claire Viola, vicepresidenta de Digital Perfurmery de Symrise durante un discurso en la feria Big Data de París. La empresa trabaja desde 2018 con IBM Research y la tecnología detrás de Watson para construir este asistente de perfumista. Guilhaume Leroy-Meline, CTO de la actividad Business Transformation Services de IBM Consulting, destaca que “la IA generativa es más conocida por sus aplicaciones en ciberseguridad y codificación, pero menos en química. Los volúmenes de datos son menores en perfumería, por ejemplo, con alrededor de 2.000 compuestos fisicoquímicos”.
El modelo de IA se basó en todos estos compuestos integrando una veintena de dimensiones, como la caracterización olfativa, la identificación de materiales, pero también notas florales, residuos en el aire, en el probador y masa molar. También se beneficia de un corpus de 3,5 millones de fórmulas históricas, en particular de los perfumes más vendidos. Philyra puede calcular similitudes olfativas basándose en categorías, subcategorías, olores clave o por tipo de datos de fragancia.
Integración de criterios de sostenibilidad
Después de este aspecto técnico, ¿cómo utiliza el perfumista Philyra? “Crear un perfume es un proceso creativo bastante largo”, recuerda Claire Viola. Primero se habla con el cliente para establecer las especificaciones. Entonces la “nariz” comienza su trabajo, “un proceso iterativo donde a veces puede quedarse sin ideas. Luego puede pedirle a Philyra que le sugiera notas y compuestos”, dice el gerente. Añade que “es una ayuda ofrecer a los perfumistas direcciones y no sustituir el trabajo creativo”. Preguntada sobre la utilización de esta herramienta, observó que “algunos adoptaron muy rápidamente la solución y la utilizan regularmente, los perfumistas más experimentados prefieren confiar en sus conocimientos”.
El asistente ha ido evolucionando con el tiempo incorporando elementos de sostenibilidad. "Cada vez tenemos más preguntas de nuestros clientes sobre el impacto medioambiental de los perfumes", afirma Claire Viola. Por tanto, Philyra integra criterios de sostenibilidad para los compuestos propuestos y el perfumista puede así fijar un porcentaje de estas fragancias en su composición. En cualquier caso, las marcas están empezando a comunicar sobre las contribuciones de la IA en el perfume con lanzamientos de productos como en Tailandia o Sudamérica.
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