Están presentes en los cuartos de baño y bien podrían convertirse en la peor pesadilla de sus usuarios. ¿De qué estamos hablando? Pues de cepillos de dientes conectados. Como muchos objetos cotidianos que realmente no son de alta tecnología (cafetera, robot de cocina, vigilabebés, frigorífico, etc.), estos pequeños y muy prácticos accesorios de higiene dental resultarían ser monstruos en términos de seguridad. Es cierto que una vez conectados a la red doméstica, pueden constituir un peligro en cuanto se caractericen por problemas de configuración o simplemente por una falta de seguridad por diseño.
Según el periódico suizo Aargauer Zeitung, los cepillos de dientes conectados podrían ser otro vector de peligro tan dañino como inesperado. Controlados de forma remota, podrían incluso ser utilizados en un ataque de denegación de servicio distribuido (DDoS) que podría saturar la red de una empresa hasta el punto de hacer caer su sitio web. Al menos eso es lo que piensa Stefan Züger, director de ingeniería de sistemas de la sucursal suiza de Fortinet, citado por nuestro colega. "Cualquier dispositivo conectado a Internet es un objetivo potencial o puede ser utilizado para un ataque".
Una botnet con 3 millones de cepillos de dientes no existe (aún)
Tras la publicación del artículo de nuestro colega, han proliferado en la red otros artículos que destacan el hecho de que se han utilizado millones de cepillos de dientes en ataques DDoS para saturar de solicitudes el sitio web de una empresa con sede en Suiza y hacer que se caiga. Un atajo rápido que inmediatamente hizo perder los estribos a muchos expertos. "La historia de la botnet de los tres millones de cepillos de dientes no es cierta", dijo Kevin Beaumont, experto en ciberseguridad de Mastodon"Esto es sólo un ejemplo inventado. No existe". Ahora veamos si de la teoría a la práctica sólo hay un paso...
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