El tribunal más alto del Reino Unido ha dictaminado que los sistemas de inteligencia artificial no pueden ser titulares oficiales de patentes. Esta decisión refleja las tendencias legales observadas en otras partes del mundo occidental y destaca las cuestiones legales que aún deben resolverse en el floreciente campo de la IA generativa. La sentencia del Tribunal Supremo del Reino Unido en Thaler v. Comptroller-General of Patents, Designs and Trade Marks definió cuidadosamente los límites de la decisión, afirmando que la apelación "no se refiere a la cuestión más amplia de si los avances técnicos generados por Las máquinas impulsadas por IA que actúan de forma autónoma deberían ser patentables. la decisión Se centra únicamente en la cuestión de si la oficina de patentes puede conceder una patente a un sistema de IA como tal. En este caso se trata de DABUS, desarrollado por Stephen Thaler, presidente y director ejecutivo de Imagination Engines.

La decisión del Tribunal se centró en tres puntos. La primera se refería al significado del término "inventor", tal como se aplica en la Ley de Patentes del Reino Unido de 1977, que el tribunal consideró limitado a una "persona física", y que "no hay indicios de que el inventor pueda ser una máquina". no aparece en la ley en cuestión. La segunda era si Stephen Thaler tenía derecho a presentar solicitudes de patente basándose en su propiedad de DABUS, solicitud que también fracasó por las mismas razones, es decir, que DABUS no puede ser considerado un "inventor". ". » en el sentido del derecho británico. Finalmente, el Tribunal abordó la cuestión de si la contraloría tenía razón al considerar que las solicitudes habían sido canceladas porque Stephen Thaler no había identificado a nadie como el inventor de las invenciones, lo que, nuevamente , se confirmó debido a que la legislación del Reino Unido no considera a DABUS una persona.

Una decisión que podría haber sido diferente

La decisión señala, sin embargo, que si Stephen Thaler hubiera abordado la cuestión de otra manera, es decir, presentándose como el inventor de las patentes en cuestión y describiendo la IA como "una herramienta muy sofisticada", el resultado podría haber sido diferente. Stephen Thaler, sin embargo, fue riguroso al afirmar que el inventor era DABUS, y no él mismo. Según Bloomberg, incluso declaró que DABUS era “un ser sensible”. Esta decisión está en línea con la jurisprudencia de otros países occidentales. La Oficina de Derechos de Autor de EE. UU. ha declarado que la autoría de una obra por parte de un ser humano es necesaria para que existan los derechos de autor, y no se ha implementado ningún esfuerzo legislativo o regulatorio. curso para cambiar esta situación. De manera similar, la ley europea de derechos de autor requiere una “mano humana directora” para reclamar los derechos de autor de una obra.