¿Qué futuro para la informática sin servidor, entre moda y promesa?
hace 4 años
En consonancia con la adopción masiva de la nube por parte de las empresas, la informática sin servidor permite subcontratar la difícil gestión de la infraestructura a proveedores de la nube. Las oportunidades de innovación, capacidad y escalabilidad que ofrece, sin embargo, dependen del contexto y objetivos específicos de cada empresa.
Al reducir la complejidad en ciertos aspectos, la computación sin servidor presenta nuevos problemas, como la ausencia de estándares abiertos para la compatibilidad entre plataformas. Esta tecnología con gran potencial debe adaptarse precisamente a los objetivos de cada empresa.
Céntrese en el código, no en los servidores
Serverless permite a los desarrolladores implementar componentes de aplicaciones independientes y modulares como funciones o contenedores y delegar toda la infraestructura y el middleware al proveedor. Este modelo fácil de implementar ofrece alta velocidad, desde la codificación hasta la implementación de producción, con la máxima autonomía para los desarrolladores. Su facturación refleja la duración exacta del uso de los recursos, a diferencia de las políticas de costo fijo, y su administración automática ofrece una gran flexibilidad y poca planificación para las variaciones de carga. Es ideal para el desarrollo rápido de código con un tiempo de ejecución corto, como microservicios web y la automatización de los procesos de aplicaciones y TI en la nube. Su uso está aumentando rápidamente, aunque pocas arquitecturas todavía lo usan para administrar sus aplicaciones centrales.
A cambio de su simplicidad y agilidad de desarrollo, sin servidor aumenta las dependencias e interfaces y complica la estructura general del sistema y el monitoreo del comportamiento y desempeño de las aplicaciones en producción.
Comprender y controlar las variaciones en el rendimiento.
A pesar de la escalabilidad de la tecnología sin servidor, el rendimiento de las solicitudes individuales es menos predecible, especialmente durante las reanudaciones comerciales, que requieren una asignación inicial de recursos ("inicio en frío"). Esto implica medir y mitigar estas variaciones en el rendimiento a bajo volumen para evitar degradar significativamente el rendimiento de la aplicación, con el riesgo de que colapse.
Afortunadamente, la previsibilidad del rendimiento sin servidor aumenta con la carga y el número de invocaciones, lo que estabiliza el rendimiento. La contraparte se convierte entonces en la complejidad, fragmentación y volatilidad de la arquitectura general y el control de su desempeño bajo una carga pesada. Para adoptar la tecnología sin servidor, los desarrolladores deben disciplinarse en términos de observabilidad y telemetría de software, e integrar el código sin servidor en su estrategia general de supervisión y observabilidad de aplicaciones, para garantizar la disponibilidad, confiabilidad y rendimiento de los microservicios y la aplicación en todas las etapas del desarrollo y crecimiento empresarial.
Una arquitectura sin servidor se basa en un principio de practicidad técnica basado en la autonomía, accesibilidad, flexibilidad y variabilidad, que naturalmente atrae a los desarrolladores. ¿Pero cuál es su propósito? ¿El objetivo es desarrollar una aplicación compleja basada únicamente en servicios sin servidor? ¿O limitar su uso a determinadas funciones específicas en las que sobresale? Es importante no considerar el concepto de servidor sin servidor como una decisión puramente técnica, sino verlo como uno de los factores que aceleran y transforman la empresa y su arquitectura de servicios.
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