¿Cuál es el impacto del uso optimizado de la nube en la huella de carbono de las TI? Microsoft anunció una reducción del 98% de la huella de carbono. Accenture la estima en una tasa que varía entre el 75 y el 98%. Pero Betclic quería realizar su propio cálculo. Un ejercicio aún más interesante porque la empresa francesa de apuestas deportivas, póquer en línea y carreras de caballos migró a la nube hace relativamente poco. En 2019, la empresa todavía ejecutaba sus aplicaciones en dos centros de datos en París. Ahora está 100% en la nube, equilibrando su consumo entre AWS y Azure. El entorno de aplicaciones está orientado masivamente hacia los servicios administrados de estos proveedores durante esta migración. Para calcular su huella de carbono, Betclic recurrió a la API y a la visualización de datos de la asociación francesa Boavizta, especializada en la evaluación de los impactos ambientales de la tecnología digital.

Migración a la nube: ganancias del 70%

"La primera mejora que supone la migración a la nube es la eliminación del 50% de las máquinas", explica Guillaume Lannebère, responsable del centro de competencias en la nube de Betclic, que ha detallado sus cálculos en el salón Devoxx, celebrado en París a mediados de abril. El resultado de la transición a nuevas generaciones de hardware. A esta primera optimización se suma la eliminación del sobreaprovisionamiento que el operador de juegos realizaba en sus centros de datos, una red de seguridad permanente que, según los cálculos de Betclic, se ha traducido en un 15% de emisiones evitadas gracias a la transición a entornos de nube elástica. A lo que se añade un 5% adicional resultante de la retirada de determinados equipos de red de la flota. En total, un 70% de ganancias solo por la migración a la nube. Y una huella de carbono asociada a la producción informática que pasa de 410,5 toneladas de CO2 equivalentes a 124,4 toneladas.

Betclic ha trabajado para limitar este nuevo ámbito de aplicación mediante varios enfoques. Empezando por una revisión completa de su aplicación principal, dedicada a las apuestas. "Hemos pasado de un monolito distribuido a una arquitectura de microservicios y sin servidor", explica Guillaume Lannebère. Junto con la eliminación de aplicaciones no utilizadas, la modernización permite reducir la huella residual en un 5%, según Betclic. Sin embargo, la mayor ganancia en términos de arquitectura proviene de las ganancias de rendimiento, a través de la eliminación del código muerto, así como del acceso a las mejores prácticas de los hiperescaladores y de los componentes técnicos de última generación. Gracias a estas palancas, Betclic estima que reducirá su huella ambiental en un 20% adicional. Por último, el uso de servicios de tipo FaaS (Function as a service) aporta otro 5% de ganancias, a través del despertar de los servicios en la nube solo cuando se utilizan ciertas API que no tienen una gran demanda. Resultado: el trabajo en la arquitectura permite reducir la huella residual en un 30%.

El escalado automático es demasiado lento para Betclic

Esta optimización se amplía con una adaptación de los entornos utilizados en función de la carga, ya que la actividad de Betclic es, por naturaleza, muy variable. "En una final del Mundial de fútbol, ​​vemos picos de conexión durante los goles o al final del tiempo reglamentario, pero las apuestas no estarán sincronizadas con estos momentos clave. Además, todos los partidos serán diferentes", explica Sébastien Napoléon, arquitecto de la nube en Betclic. "Para dar servicio a este tráfico tan heterogéneo, debemos encontrar las palancas técnicas para dejar la puerta abierta de forma permanente al tráfico entrante. En un segundo, debemos ser capaces de gestionar un pico". Sobre el papel, la nube pública parece ideal para cumplir con estas limitaciones... salvo que las funciones de autoescalado de los hiperescaladores no son lo suficientemente rápidas para responder a estas afluencias repentinas de tráfico. "Por lo tanto, necesitamos nuestro propio calendario de escalado", explica Sébastien Napoléon.


De izquierda a derecha, Guillaume Lannebère, responsable del centro de competencias cloud de Betclic, y Sébastien Napoléon, arquitecto cloud del mismo operador de apuestas deportivas.

Este último se basa en una escala que comprende 4 niveles, materializados en otros tantos colores, en función del calendario deportivo. Así, un partido de cuartos de final de la Champions League se clasifica en rojo desde las 18:00 hasta la medianoche, permaneciendo el resto del día en verde. El escalado de los entornos se basa en un orquestador que lee los scripts de configuración de Terraform para garantizar las actualizaciones de la infraestructura. Betclic también utiliza un servicio de AWS para programar estas operaciones en los entornos implementados en este proveedor. Y se prevén mecanismos de emergencia si las predicciones de tráfico resultan incorrectas.

Gestión de la escala: un tercio menos de CO2

"El 80% de los servicios en producción dependen del tráfico", afirma Guillaume Lannebère. Sin embargo, el tráfico se clasifica como verde el 70% del tiempo, con picos excepcionales que representan solo el 3,5%. Una potente palanca para optimizar la huella de carbono -y los costes de la nube-, la gestión de la escalabilidad permite a Betclic reducir su huella de carbono residual en un 34%.
Por último, queda una vía de optimización bastante obvia: apagar los entornos de desarrollo, pruebas y preproducción (o staging, en la jerga) cuando no se utilizan. Esto supone una reducción adicional del 12% de la huella medioambiental. "El 60% del tiempo en Francia no trabajamos porque es de noche, fin de semana o día festivo. Desactivamos el 90% de los entornos denominados staging durante estas franjas horarias", explica Sébastien Napoléon.

Según los cálculos de los equipos informáticos del operador de apuestas deportivas, todas estas optimizaciones se traducen en una reducción de la huella medioambiental de 47 toneladas de CO2 equivalente. "Es una reducción del 89% con respecto a la situación inicial", analiza Guillaume Lannebère. "No alcanzamos el nivel anunciado por Microsoft, pero la reducción es muy significativa. Aunque estos cálculos son el resultado de aproximaciones, las emisiones de los proveedores de servicios en la nube son el resultado de estimaciones".