La situación en el mercado de la informática personal y el contexto económico general hicieron que el cuarto trimestre fiscal de Lenovo fuera uno de los más difíciles que haya tenido que atravesar el gigante chino de TI. Entre febrero y marzo pasados, su facturación cayó un 24% interanual hasta los 12.600 millones de dólares. Al mismo tiempo, su beneficio neto cayó un 75% hasta los 106 millones de dólares. Este es el tercer trimestre consecutivo de caída de ingresos para la empresa. Como resultado, su facturación anual alcanzó sólo 61,9 mil millones de dólares y sus beneficios sólo 1,68 mil millones de dólares, cayendo un 14% (-16% en EMEA) y un 22% respectivamente.
Los reveses del grupo se deben enteramente a los malos resultados de su división Intelligent Devices Group (IDG). En particular, en lo que respecta a sus ventas de ordenadores y terminales móviles, su facturación anual cayó un 21% hasta los 49,3 mil millones de dólares, mientras que su beneficio operativo cayó un 7,3% hasta los 3,6 mil millones de dólares. Lenovo está pagando el precio de un mercado de PC en fuerte caída, particularmente en el primer trimestre de 2023 donde las ventas cayeron un 29% en volumen a nivel mundial.
Ventas de infraestructura cercanas a los 10.000 millones de dólares
Si bien los reveses de la división IDG no fueron completamente compensados por las otras actividades del grupo, estas últimas contribuyeron a mitigar los efectos. Las divisiones SSG (grupo de soluciones y servicios) e ISG (grupo de soluciones de infraestructura) registraron una facturación respectiva de 6.700 millones de dólares (+22%) y 9.800 millones de dólares (+37%), sumando así aproximadamente el 40% de los ingresos anuales del grupo.
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