En el seno de la Autoridad de los Mercados Financieros (AMF), la institución que regula todos los mercados financieros y a quienes participan en ellos, los proyectos informáticos mal gestionados han contribuido a vaciar las arcas públicas, obligando al Estado a intervenir, señala el Tribunal de Cuentas que examinó las finanzas de la organización entre 2017 y 2023. Estas inversiones en TI pueden explicarse sin duda por la transformación del entorno controlado por la AMF: digitalización de los mercados, cuestiones de finanzas sostenibles, aparición de nuevos productos como los criptoactivos, desarrollo de la normativa europea, sin olvidar el fortalecimiento del centro financiero parisino tras el Brexit. Sin embargo, algunos de estos proyectos mal gestionados han socavado las finanzas de la Autoridad. El informe del Tribunal muestra la pérdida de liquidez de la AMF, que pasó de más de 54 millones de euros a finales de 2016 a 22 millones de euros a finales de 2022, "mientras que se habían comprometido casi 20 millones de euros de inversiones para 2023 en TI e inmobiliario". Creándose una situación de desequilibrio estructural, que obligó al Estado a elevar el monto del techo de recursos de la Autoridad para evitar el cese de pagos.

Si el volumen de las inversiones de AMF en TI se ha disparado, pasando de 2 millones de euros en 2016 a casi 14 millones de euros en 2022, es sobre todo porque la estructura decidió en 2016 modernizar las aplicaciones antiguas. Proyectos realizados con distintos grados de éxito. "Su implementación ha llevado a recurrir a numerosos proveedores de servicios, sin que su gestión sea lo suficientemente rigurosa", escriben los sabios de la rue Cambon. El proyecto Rosa, que sustituye la interfaz por gestores de activos o su seguimiento, ha sido especialmente destacado. Validado en octubre de 2016, el proyecto aún no se había entregado por completo a finales de 2023, mientras que el calendario inicial preveía un despliegue finalizado en el primer semestre de 2021 y el desmantelamiento de la aplicación que Rosa está sustituyendo. ¿La consecuencia? Un presupuesto que pasa de 42 millones de euros a 53 millones de euros. Además, el Tribunal de Cuentas considera que esta última estimación no es completa y omite, en particular, los costes de sustitución de la BI de la antigua aplicación y su integración con las nuevas aplicaciones entregadas entretanto.

Una adquisición “inconclusa”

Para el Tribunal, el ejemplo de Rosa es emblemático de "las disfunciones que afectan a la gestión de los sistemas de información de la AMF". Según Rue Cambon, la gobernanza de esta última se caracteriza por "una gestión demasiado laxa, una visión no exhaustiva de los proyectos y un método de gestión más centrado en la decisión de lanzamiento que en el seguimiento operativo y las decisiones que hay que tomar". Sin olvidar una forma de marginación del departamento informático, poco asociado a la gestión de grandes proyectos estructurantes, gestionados directamente por las líneas de negocio, y confinado a un papel de experto en arquitectura e integración. Además, subraya el Tribunal de Cuentas, la multiplicación de proyectos y la incapacidad de priorizarlos han llevado a un recurso masivo a proveedores de servicios.

El informe Sin embargo, destaca una mejora de la situación desde el nombramiento de un nuevo CIO en 2021 tras la llegada de un nuevo director de recursos y funciones de apoyo en marzo de 2020, François Guillemot. Con la voluntad de sustituir el centro de proyectos en el CIO y de reinternalizar ciertas competencias. "Sin embargo, este movimiento sigue inacabado debido a la falta de gestión de todos los proyectos y especialistas informáticos por parte del CIO, otras deficiencias en la gobernanza de los sistemas de información y la importancia de los consultores en la gestión y dirección de proyectos", matiza el Tribunal, señalando, por ejemplo, que el presupuesto del CIO sigue gestionándose con la ayuda de un proveedor de servicios (es decir, un coste de 350.000 euros al año, reducido a 220.000 euros en 2023) y que el plan de reinternalización de competencias no ha podido completarse.

Cabe señalar que el método AMF, que atribuye la mayor parte de la responsabilidad a las líneas de negocio, no siempre es sinónimo de fracaso. Otro proyecto clave de la Autoridad, el ICY, relativo a la utilización de datos de mercado, es calificado de éxito por el Tribunal de Cuentas, "gracias a una buena definición de las necesidades, a la fuerte implicación de las líneas de negocio y a la competencia del equipo del proyecto, que supo gestionar los desvíos y aplicar medidas correctoras".

El departamento de TI, el 30% de los gastos de la AMF

Según el informe de la calle Cambon, el presupuesto informático de la AMF es de unos 30 millones de euros al año, lo que representa el 25% del gasto total de la Autoridad situada en la plaza de la Bolsa. "Su peso es en realidad un poco más elevado, ya que este porcentaje no incluye los gastos salariales de los agentes del departamento informático", precisan los expertos, que estiman la cuota de TI en un 30% del total. "En este presupuesto, el recurso a proveedores de servicios informáticos es muy importante", precisa el Tribunal. Durante el periodo cubierto por su informe, este último estima que el número medio de consultores informáticos permanentes es de 76, que se deben comunicar a la plantilla del departamento informático, es decir, unas 45 personas. Además, hay una veintena de proveedores de servicios externos instalados en centros de servicios de tarifa fija (líneas directas, en particular). "En el caso de los proyectos, la ratio de externalización es de 4 a 1 en 2022, frente a 3,4 a 1 en 2017", calcula el Tribunal. Una ratio que hace que la gestión de los proyectos sea, cuanto menos, arriesgada.