Los proveedores de nube pública suelen ser criticados por las tarifas de transferencia de datos, o "tarifas de salida", que cobran a las empresas que quieren abandonar sus plataformas. Estos costos se aplican, por ejemplo, cuando un cliente traslada datos de un sistema de inventario alojado por un proveedor de nube a la infraestructura de un competidor o a un sistema de gestión logística local. Estas tarifas se consideran arbitrarias y contraproducentes para el uso de la infraestructura de nube pública junto con sistemas externos. Es por eso que algunas empresas no migran sus aplicaciones a la nube.

Un cambio de paisaje

Este descontento de los clientes no ha escapado a la atención de los proveedores de servicios en la nube, algunos de los cuales han iniciado un cambio significativo en sus estrategias de precios al eliminar estas tarifas de salida. Es el caso de Google Cloud, que espera, al mismo tiempo, atraer clientes de sus principales competidores, AWS y Microsoft. Pero el precio no es la única motivación. El proveedor también está respondiendo a las presiones regulatorias, al aumento de la competencia y a la importante caída del precio al que las empresas pueden adquirir equipos de infraestructura de TI. En otras palabras, el panorama de la nube ha cambiado y los proveedores de nube pública buscan constantemente diferenciarse y atraer a más usuarios. Sobre todo porque la competencia a la que se enfrentan ya no se limita a otros proveedores de servicios de nube pública globales. Se ha extendido a los proveedores de servicios gestionados (MSP) y a los proveedores de servicios de nube regionales. Los hiperescaladores también deben lidiar con la aparición de las micronubes, impulsadas principalmente por la IA generativa y la necesidad de encontrar alternativas de nube más rentables para utilizar sistemas potenciados por GPU bajo demanda.

Los cambios en las políticas gubernamentales y la demanda del mercado también están presionando a los proveedores para que eliminen o reduzcan sus tarifas de salida. El mejor ejemplo es la Ley Europea de Datos, que tiene como objetivo fomentar la competencia facilitando a los clientes cambiar de proveedor. Además, en un mercado cambiante, los usuarios buscan cada vez más soluciones en la nube rentables y eficientes. Recientemente, las inversiones en la nube han sido objeto de escrutinio, ya que las empresas están descontentas con el alto costo de los servicios en la nube, que originalmente prometían reducir sus gastos de TI.

Tras la estela de Google Cloud

AWS ha seguido los pasos de Google Cloud y ha eliminado las tarifas de transferencia para los clientes que quieran trasladar sus datos fuera de su infraestructura. El proveedor ha subrayado que estos cambios no requerirán que los clientes cambien sus relaciones existentes con AWS, lo que es una buena noticia para quienes gestionan estos contratos y acuerdos. Microsoft Azure ha seguido su ejemplo rápidamente y es probable que otros proveedores de servicios en la nube sigan su ejemplo.

Estos cambios en las prácticas de los hiperescaladores tienen múltiples implicaciones. Significan que la industria de la nube pública está avanzando hacia estructuras de precios más flexibles y competitivas, en un momento en el que la creciente necesidad de herramientas y sistemas genAI está generando una demanda aún mayor de sus servicios. Al realizar cambios en los precios, los proveedores están reconociendo de manera más amplia que deben abordar la necesidad de interoperabilidad y fácil movilidad entre los datos alojados en diferentes plataformas de nube, en un contexto en el que los proveedores de nube pública ya no pueden considerarse el destino para todos los sistemas. La “nube” es simplemente una opción, al igual que la computación local, la computación de borde, la computación móvil, etc.

Los proveedores de nube pública siguen ganando

A pesar de la reducción de las tarifas de salida, los clientes que navegan en entornos de nube pública se enfrentan a otros costos mucho mayores. A menudo, las tarifas de salida ni siquiera se tienen en cuenta en los precios excesivos que se les cobran. La mayoría de los excesos financieros son resultado de la falta de modernización de los sistemas que se están trasladando a las nubes públicas. Sus ineficiencias se traducen en facturas mucho más altas porque utilizan recursos, como el almacenamiento y la computación, de manera menos eficiente. Las estrategias que impulsan estos cambios de precios pueden ser indicativas de una dinámica competitiva más amplia. Los proveedores de servicios en la nube no son tontos y, en este "juego de ajedrez tridimensional", se están considerando más cambios. Como hemos dicho, es probable que la demanda de servicios en la nube aumente, dada la explosión del mercado de la IA generativa. Es probable que esta demanda surja independientemente de que los proveedores reduzcan o no sus tarifas de salida. Es difícil imaginar un escenario en el que los proveedores de servicios en la nube no salgan ganando, una vez más. Pero con estos cambios, el panorama de la nube podría volverse más flexible, más transparente y más fácil de usar. Al menos, uno puede esperar que así sea.