en un viejo fábrica de calzado en las afueras de París, una nueva vida está tomando forma. Detrás de una puerta pesada, un banco de máquinas PCR multiplica las moléculas de ADN vegetal por cientos de miles de millones cada pocas horas. Dentro de una reluciente cámara blanca, diminutos brotes de esmeralda se extraen de células individuales, desplegándose en milímetros durante un período de meses.
“Es como el sueño húmedo de un biólogo”, dice Patrick Torbey, director de tecnología de Neoplants, una startup parisina que apuesta multimillonariamente por el aire que respiramos. Torbey agarra uno de los pequeños receptáculos de plástico del interior de la cámara y entrecierra los ojos hacia su creación verde: Ubicado en un medio de cultivo gelatinoso, parece un canapé, o, posiblemente, el futuro.
Este es el Neo P1, una planta de interior genéticamente modificada que, según la compañía, podría ayudar a combatir la contaminación del aire interior. P1 es una forma modificada de potos dorados, más comúnmente conocida como hiedra del diablo, una de las plantas de interior más ubicuas y fáciles de cultivar del mundo. Aunque sus tonos amarillo verdosos parecen familiares, el ADN de P1 se modificó para mejorar su capacidad de extraer compuestos orgánicos volátiles (COV) del aire, incluidos formaldehído, benceno, tolueno, etilbenceno y xileno, que son frecuentes en espacios interiores.
Estos ajustes genéticos también, crucialmente en el caso del P1, permiten que la planta convierta los COV que absorbe en sustancias como azúcar y CO.2 que puede utilizar para seguir creciendo. Una vez que haya superado el agar, P1 se plantará en suelo enriquecido con biocarbón (un aditivo de jardinería común) en una maceta diseñada para maximizar el flujo de aire y se venderá con un paquete de tres Power Drops (bacterias, que se agregarán al suelo cada mes para ayudar a la planta a metabolizar los COV que absorbe). El P1, que saldrá a la venta a finales de este año, tendrá un precio minorista de $179, o alrededor de £145, aproximadamente 10 veces el costo de una planta ordinaria de pothos dorados, o comparable al de un purificador Honeywell HEPA de alto precio.
Hasta el momento, Torbey, que tiene un doctorado en edición del genoma, y su cofundador Lionel Mora, ex comercializador de productos de Google, han recaudado 20 millones de dólares en fondos de riesgo de empresas como True Ventures y Collaborative Fund.
Gran parte del dinero se ha destinado a equipar el nuevo espacio de Neoplants en el lado norte de la capital francesa. En los últimos dos años, ha sido desmantelado y destripado, blanqueado y luego reacondicionado según las especificaciones con todos los artilugios que Torbey pudo marcar en su lista de deseos. Hay espectrómetros de masas, vitrinas de gases y cámaras de crecimiento. Los agitadores magnéticos se agitan junto a los gabinetes repletos de frascos de vidrio y placas de Petri.
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