Cada vez es más evidente que la tecnología sin servidor está perdiendo relevancia y pronto desaparecerá del espacio de la tecnología en la nube. ¿Por qué ha sucedido esto? ¿Qué nos puede enseñar?
El modelo sin servidor surgió hace más de una década como un nuevo paradigma en la computación en la nube, que evitaba la gestión de configuraciones detalladas de computación y almacenamiento. Todo se hacía automáticamente en tiempo de ejecución. Fue más una evolución que una revolución, ya que los sistemas PaaS ya se ocupaban de algunos de estos aspectos.
En aquel momento, muchos querían que apoyara el revuelo en torno a la tecnología sin servidor hasta el punto de cambiar el enfoque de mi podcast sobre la nube para centrarme en la nueva tendencia. Después de haber trabajado en este sector durante algún tiempo, me di cuenta de que promocionar la tecnología sin servidor como una "segunda venida", después de la nube, que me parecía la tecnología estratégica, era algo ingenuo.
Tecnología de impacto, tecnología sin impacto
En la actualidad, la tecnología sin servidor está quedando cada vez más relegada en el mercado de la tecnología en la nube. Inicialmente elogiada por su promesa de simplificar la gestión y la escalabilidad de la infraestructura, la tecnología sin servidor ha quedado relegada a un segundo plano a medida que nuevas tendencias y tecnologías adquieren protagonismo.
Siempre me sorprende la sorpresa de la gente ante este tipo de desarrollos. Me desconcierta aún más cuando me pregunto las razones de su sorpresa y recibo mensajes de enojo tras estas transformaciones en el panorama tecnológico. El mundo empresarial está en constante evolución y las innovaciones tecnológicas se pueden agrupar en dos categorías: las que tienen un impacto significativo y las que no. Desafortunadamente para algunos de los que realmente creyeron en ello, la tecnología sin servidor entra en esta última categoría.
Eclipsado por modelos más equilibrados
El significado de "sin servidor" se ha diluido con el tiempo. Originalmente se acuñó para describir un modelo en el que los desarrolladores podían ejecutar código sin aprovisionar ni administrar servidores, pero desde entonces se ha aplicado a una amplia gama de servicios que no se ajustan a su definición original. Esto ha provocado una pérdida de precisión que genera confusión.
Es fundamental centrarse en las características funcionales de la tecnología sin servidor. Sus elementos básicos (agilidad, rentabilidad y capacidad para implementar y escalar aplicaciones rápidamente) siguen siendo valiosos, pero lo que importa es cómo contribuyen estas características a alcanzar los objetivos empresariales, más que las tecnologías específicas utilizadas.
Con este marco en mente, la computación sin servidor seguirá quedando relegada a un segundo plano frente al auge de otros paradigmas de computación en la nube, como la computación de borde y las micronubes. Estas últimas han introducido soluciones más equilibradas en el mercado con enfoques personalizados que abordan necesidades empresariales específicas, en lugar de un enfoque único para todos como el que defiende la computación sin servidor.
Marginados por la IA generativa
La explosión de la IA generativa también ha contribuido a este cambio de panorama. Los proveedores de servicios en la nube están muy interesados en implementar soluciones basadas en IA, que a menudo requieren recursos informáticos especializados y capacidades de gestión de datos significativas, áreas en las que los modelos sin servidor tradicionales no siempre son excelentes. A medida que las empresas priorizan cada vez más la IA, los modelos sin servidor suelen quedar relegados a un segundo plano en favor de soluciones más estáticas y predecibles.
La computación ubicua también ejemplifica este cambio. El concepto implica la incorporación de computación en objetos cotidianos, lo que requiere un procesamiento continuo y de baja latencia que los marcos sin servidor tradicionales pueden tener dificultades para ofrecer de manera consistente. Este impulso hacia entornos informáticos más integrados y ubicuos margina aún más a los modelos sin servidor.
¿Deberían preocuparse las empresas?
El panorama cambiante de la nube sin servidor es un cambio estructural para las empresas. Las organizaciones deben reevaluar sus estrategias tecnológicas a medida que los modelos sin servidor tradicionales pierden importancia ante paradigmas emergentes como la computación de borde, las micronubes y las soluciones impulsadas por IA. El auge de la IA y la computación ubicua está obligando a las empresas a adoptar recursos de TI especializados y diseños de aplicaciones innovadores para mantener una ventaja competitiva y explorar nuevas vías de interacción con los clientes.
Siempre me preocupan las empresas que persiguen la moda de la nube. El objetivo es definir la pila de tecnología que satisfaga las necesidades de la empresa, ya sea en la nube o no. La tecnología sin servidor tiene cierto impacto en esta búsqueda, pero solo marginalmente.
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