A principios de año, Un estudio realizado por el instituto tecnológico francés Grand ParisLa asociación, dirigida por Alexandra André, constató que las personas mayores de 50 años siguen estando subempleadas en las empresas de informática. Tras esta constatación, la asociación decidió movilizar a sus miembros sobre este tema participando en la Carta a favor del empleo de las personas mayores. Esta iniciativa cuenta con el apoyo del Club Landoy (grupo Bayard) y del grupo L'Oréal desde 2022.

Por ello, unas treinta empresas del Grand Paris Tech se han movilizado para adherirse a la Carta, que incluye varios compromisos en materia de contratación, formación, mantenimiento del empleo, acompañamiento y desarrollo profesional y preparación para la jubilación. "Hay que cambiar la forma de ver la edad y el tema está ganando terreno en las empresas", subraya Sibylle Le Maire, fundadora del Club Landoy. Un mensaje que han escuchado empresas tan diversas como Ivalua, Pigment, Scality, Klaxoon, etc.

Cómo evitar la pérdida de habilidades

Entre los firmantes, Vincent Huguet, fundador de Malt, una plataforma de colocación de freelancers informáticos, dio su testimonio. "Como empresa joven creada por treintañeros, tendíamos a contratar a empleados más jóvenes. En cuanto a los seniors, empezamos desde cero", admite el directivo. Pero las cosas están cambiando: "internamente, ahora tenemos cada vez más gente de más de 50 años. En un año, la mitad del comité ejecutivo tendrá más de 50 años". Pone en perspectiva la idea del coste de un empleado senior: "Hay perfiles que ya han hecho carrera y quieren invertir en empresas más pequeñas y ágiles. También son más accesibles en términos salariales".

Por último, Vincent Huguet destaca otro aspecto del empleo de los seniors en el sector informático: "cada vez hay más personas mayores de 50 años que optan por independizarse". Y añade: "Apoyamos a empresas como Vinci o Schneider Electric en esta reconversión. Quieren conservar un conjunto de competencias capaces de formar a otras generaciones". Y también cita los riesgos de pérdida de competencias, "por ejemplo, en los lenguajes de programación antiguos como Cobol".