EY publicó recientemente los resultados del tercer barómetro de la madurez digital de los territorios franceses, en coproducción con Urban France, Intercommunalités de France y Les Interconnectés. Esta encuesta, realizada entre un centenar de autoridades locales, revela los esfuerzos ya realizados en determinados puntos, en particular la desmaterialización de los servicios, la inclusión digital y la sensibilización sobre los riesgos cibernéticos. Pero si la transformación digital de los territorios está en marcha, todavía queda camino por recorrer en otros temas, en particular el impacto medioambiental de la tecnología digital o el uso de datos.
"El barómetro nació de una observación: la falta de visibilidad general sobre todos los aspectos de la transformación digital en los territorios", explica Jean-Marc Eiclier, socio de EY y responsable de la oferta de transformación digital para el sector público local. . El desafío era sensibilizar a los cargos electos y a la dirección general de los territorios, mostrarles la tendencia general sobre estos temas y permitirles situarse, proponiendo seis niveles de madurez. “Esto se hace evitando la clasificación de los encuestados”, subraya el socio de EY. Una elección deliberada, para no señalar con el dedo, sino para ayudar en la decisión. Según Jean-Marc Eiclier, la primera edición, realizada en 2018, demostró que la transformación digital de los territorios es comprometida y abierta a todos. La edición de 2021, que siguió a la crisis sanitaria, fue testigo de una aceleración muy fuerte, especialmente en ciberseguridad y administración digital. “En ese momento, lo digital tomó su lugar. Y esto continúa”, comenta Jean-Marc Eiclier. En la edición de 2023 regresan los mismos temas entre los más maduros.
Ciberseguridad: lo mejor, pero no te quedes ahí
La ciberseguridad muestra el nivel más alto de madurez en general, y la conciencia sobre los riesgos cibernéticos continúa creciendo. Más de seis de cada diez encuestados han integrado el tema en un enfoque global, liderado por el ejecutivo, y el 58% indica tener una visión completa de los riesgos vinculados a la tecnología digital. Además, el 69% de los encuestados ha implementado acciones de sensibilización para funcionarios y agentes electos. “Pero ¿deberíamos estar satisfechos con este nivel de madurez”, se pregunta Jean-Marc Eiclier? De hecho, el informe revela algunos inconvenientes. Por lo tanto, las medidas concretas de protección y respuesta aún no siguen su ejemplo: sólo el 51% de los encuestados ha planificado un sistema de gestión de crisis, incluido solo el 23% entre las comunidades de los municipios. Asimismo, menos de la mitad (49%) de los territorios han implementado una PCA y una PRA cumpliendo con los requisitos gubernamentales, y sólo el 18% entre las comunidades de los municipios.
En cuanto a la administración electrónica, el 75% de los encuestados cree que los usos digitales están bien arraigados en sus prácticas. La mayoría de las comunidades también ofrecen servicios desmaterializados de extremo a extremo, existentes en el 73% de ellas. Sin embargo, el avance es menor entre las comunidades de municipios, que siguen siendo el 42% en este caso. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para compartir mejor la información: solo el 8% de los encuestados ha implementado “Cuéntanos una vez”.
Una visión más centrada en el usuario
Pero la crisis sanitaria también ha puesto de relieve nuevas cuestiones, como la inclusión digital. En 2023, el tema parece bien identificado: el 69% de los encuestados tiene un plan en este ámbito. En comparación con 2021, el tema es también aquel en el que la madurez general ha progresado más: más de la mitad de los encuestados han iniciado la implementación de acciones concretas. "Hoy en día, la tecnología está al servicio de los usuarios, y de todos los usuarios, sean quienes sean", subraya Jean-Marc Eiclier, quien destaca el énfasis puesto en lo "phygital", cada servicio ofrecido por las comunidades pensado tanto en el plano físico como en el físico. lógica digital. Sin embargo, el paso sigue siendo mayor para las comunidades de municipios, de los cuales sólo el 26% ofrece servicios conformes al Marco general para la mejora de la accesibilidad (RGAA), frente al 56% de otros territorios. Por otro lado, una mayoría de encuestados no logra desarrollar sus habilidades digitales, y solo el 32% tiene planificadas acciones para mejorarlas.
La tecnología digital responsable, en el sentido más bien medioambiental (la dimensión social se ha abordado por separado en la sección sobre inclusión) también se encuentra entre los temas emergentes, siendo el menos maduro en el barómetro. De hecho, si el 59% de las grandes comunidades (más de 200.000 habitantes) han iniciado un enfoque digital responsable, sólo la mitad ha abordado la medición de la huella de carbono como parte de estas estrategias, aunque este es el punto de partida para orientar adecuadamente las acciones. . Jean-Marc Eiclier explica este hecho por las compensaciones que muchas comunidades han tenido que hacer, especialmente durante la crisis sanitaria, debido a las limitaciones encontradas en términos de recursos y habilidades. “Pero apostamos a que este tema avance en futuras ediciones”, añade el asociado.
Margen de progreso en materia de datos y cooperación
La cooperación y la puesta en común de acciones también luchan por materializarse, a pesar de su interés para las comunidades, especialmente las más pequeñas. Así, sólo el 28% de estos últimos realizan o participan en proyectos digitales compartidos. Y en general, sólo una cuarta parte de los encuestados puede confiar en un sistema de supervisión de la gestión y seguimiento en tiempo real de sus actividades. Sin embargo, la cooperación territorial es fundamental para llegar más lejos, recuerda Jean-Marc Eiclier, para quien el cambio de escala requiere colaboración.
Finalmente, un último tema donde la madurez es menor de lo esperado se refiere al establecimiento de un servicio público de datos local. En términos de datos, si el 97% de las grandes comunidades (+ 200.000 habitantes) han liberado sus activos de información, sólo el 18% de los encuestados ha implementado una gobernanza abierta con otros actores de la región. Como resultado, a nivel global, sólo el 46% de los encuestados tiene una visión global y actualizada de sus activos de datos, tasa que desciende al 16% en áreas pequeñas (menos de 50.000 habitantes). Esta falta de gobernanza y visibilidad ralentiza los usos: apenas más de un tercio de las comunidades (35 %) han implementado casos de uso en torno a los datos.
El tamaño del territorio no lo determina todo
En general, el nivel de madurez aumenta con el tamaño, hasta apenas 200.000 habitantes, donde el efecto ya no es significativo. Si bien las comunidades pequeñas obviamente no tienen los mismos recursos que las grandes ciudades, el informe muestra que estos factores no determinan por sí solos las diferencias observadas. Así, los temas más maduros siguen siendo similares, sea cual sea el tamaño, con la ciberseguridad a la cabeza, excepto en las comunidades de municipios donde la inclusión digital es el tema más maduro. En los extremos aparecen lagunas muy marcadas, por ejemplo en materia de ciberseguridad. En total, el 57% de los encuestados ha comenzado a implementar acciones en este ámbito. Más concretamente, este es el caso del 80% de las comunidades con más de 200.000 habitantes, frente al 33% de las de menos de 50.000 habitantes, que siguen representando casi el 76% de la población según cifras del ministerio. responsable de las autoridades locales.
“Pero las comunidades más pequeñas, en cambio, destacan en un tema concreto: la formación de públicos más alejados de la tecnología digital. El 76% de las comunidades con menos de 50.000 habitantes aplican este tipo de acciones, frente al 59% de las muy grandes”, subraya Jean-Marc Eiclier. De los tres principales niveles de madurez identificados en el barómetro (avanzado, en movimiento y en reflexión), sólo el 8% de las grandes comunidades se encuentran en el primer nivel. Pero el 8% de las comunidades pequeñas, por el contrario, aparecen en la categoría más avanzada. "Esto confirma que la transformación es ante todo una cuestión de tener en cuenta las cuestiones en el nivel adecuado", observa Jean-Marc Eiclier. Un único punto común caracteriza a los territorios más avanzados: “Todos ellos son muy maduros en estrategia y gobernanza digitales: este es el factor clave para avanzar en otros temas”, señala. Un aspecto también destacado por Sébastien Martin, presidente de Intercommunalités de France y presidente de Grand Chalon en la introducción del informe 2023: “la aceleración de la transformación digital de nuestros territorios sigue siendo una de las principales prioridades nacionales, pero su política de apoyo debe ser fuerte y apoyado en todos los niveles. »
Otras noticias que te pueden interesar