En febrero de 2023, Electra, operador de estaciones de carga rápida para vehículos eléctricos que recaudó 160 millones de euros el pasado mes de junio, se unió al Tech Next40 francés, el programa francés dedicado a las empresas emergentes más prometedoras. Una forma de reconocimiento a la empresa, tanto por su modelo como por la solidez de sus fundamentos tecnológicos. Porque, más allá del rápido despliegue de sus estaciones de carga, Electra también apuesta por tecnologías digitales, en gran medida desarrolladas internamente. "Somos una empresa con un perfil bastante tecnológico, que incluye a muchos veteranos del ecosistema de startups en Francia", explica Maxime García, CTO de Electra. Probablemente esto es lo que explica nuestra elección de internalizar la tecnología, construyendo la aplicación central que sustenta nuestra actividad, centrada en la supervisión de nuestra red de estaciones de carga. Incluso si existen alternativas SaaS, queríamos controlar toda la cadena para satisfacer con precisión todas nuestras necesidades. »

En particular, Electra quería implementar funciones de reserva de terminal, especialmente para sus clientes profesionales. "La integración de este tipo de función en una aplicación existente resultó compleja", señala el CTO. Además, las integraciones que Electra ofrece a sus socios proveedores de terrenos van más allá del simple aspecto de marketing. Por ejemplo, cuando la empresa instala terminales en los aparcamientos de un hotel, quiere poder gestionar, directamente en su aplicación, el acceso a los aparcamientos protegidos por una barrera y, por tanto, los movimientos de estos últimos. Otro caso emblemático: la integración en el sistema de pago del gestor de aparcamientos Indigo, otro socio de Electra.

Una cadena de comunicación “que puede romperse en cualquier momento”

En torno a esta aplicación de gestión de terminales, los equipos de Electra también construyeron la parte comercial, tanto el back office como la aplicación que permite a los clientes acceder a la red de terminales de la startup. Una pila de software alojada en la nube, lo que facilita la ampliación a medida que se expande la red de terminales.

Sobre el terreno, cerca de los terminales, los informáticos de Electra deben dominar otro universo, donde las complejidades residen sobre todo en el diálogo entre máquinas. En el lado de la terminal, donde hay dos proveedores principales, un estándar (OCPP, Open Charge Point Protocol) simplifica las comunicaciones con los sistemas centrales. La situación es menos homogénea en la conexión entre terminales y vehículos, debido al gran número de modelos en circulación. “Con frecuencia detectamos problemas de confiabilidad de la conexión en ciertos automóviles. Esto nos lleva a trabajar en estrecha colaboración con los fabricantes de terminales para que puedan actualizar su firmware para garantizar la compatibilidad con todos los modelos en circulación”, explica el CTO.

Maxime García, director de tecnología de Electra. (Foto: RD)

En general, la actividad de Electra está marcada por una cadena de comunicación -intercambios entre la terminal y el vehículo, diálogo con la aplicación de supervisión, pago- "que puede interrumpirse en cualquier momento". Sobre todo porque la actividad debe gestionar una limitación reglamentaria: el roaming, es decir, la posibilidad de que un cliente que no dispone de la aplicación Electra recargue su vehículo en los terminales de la startup a través de su sistema de reservas habitual. “Por tanto, los flujos de entrada a nuestra red de terminales son muy variados. Tenemos que pensar en la experiencia del cliente que llega a nuestras estaciones sin pasar por nuestra aplicación”, señala Maxime García.

¿La CTO? Empleado #1

Aunque, obviamente, Electra pretende sobre todo impulsar su aplicación, destacando las funcionalidades adicionales que ofrece. Reservar por tanto un terminal sabiendo que, además, se adaptará al vehículo del cliente, introduciendo estos datos en el perfil de cada usuario. Pero también funciona el equilibrio de carga en una estación, lo que permite distribuir mejor la energía disponible, también en función del perfil del vehículo. “Con los clientes registrados en nuestra aplicación, también tenemos más datos para analizar qué modelos de coche causan dificultades a la hora de conectarse a determinados terminales”, especifica el CTO. Por defecto, en la comunicación M2M entre el coche y un terminal, el modelo del vehículo no se declara y por tanto no aparece en los registros.


Para gestionar sus terminales, Electra ha optado por construir su propio sistema de supervisión. (Foto: RD)

El primer empleado de Electra, Maxime García, forma hoy parte de un equipo de 30 personas que trabaja en dos cuestiones clave: el producto, por un lado, y la experiencia del cliente, por otro. Este equipo también puede contar con conocimientos de datos y con el llamado equipo TechOps, responsable del despliegue de las estaciones. “Aunque la integración del software es bastante sencilla, debemos tener en cuenta las limitaciones de infraestructura inherentes a la instalación de cada estación. Una operación que abarca el despliegue de terminales, obras y conexiones, y que dura una media de seis meses”, resume Maxime García. Este universo en la frontera entre la tecnología, la automatización y las obras públicas es, en última instancia, bastante nuevo para los especialistas en software que componen Electra. “La parte hardware, particularmente en la comunicación entre vehículos y terminales, nos empuja a estar más en una programación defensiva (estado de ánimo que consiste en escribir el código previendo lo peor, nota del editor). Una cultura que intentamos transmitir a los fabricantes de terminales. Además, en el ámbito del software, no estábamos acostumbrados a esos tiempos de implementación ni estábamos expuestos a problemas de abastecimiento”, continúa el CTO. Hoy en día, entre el pedido de un terminal y su entrega transcurren entre seis meses y un año. Afortunadamente, la recaudación de fondos realizada por Electra (15 y luego 160 millones de euros en los dos últimos años) le permitió encargar terminales con antelación, evitando así ver su tabla de progreso (170 aperturas de estaciones sólo en 2023) obstaculizada por los plazos industriales.

La elección de la fibra.

Hasta la fecha, Electra y sus 110 empleados han desplegado 46 estaciones, cada una con entre 2 y 4 estaciones de carga. Una flota cuyo funcionamiento se controla a través de dos indicadores clave: el índice de utilización de los puntos de recarga y el índice de éxito de las operaciones de recarga. Para conectar estas estaciones, Electra ha optado por desplegar localmente una red Ethernet -que permite alojar otros equipos como cámaras de videovigilancia o pantallas LED que indican el estado de los lugares-, conectadas por fibra óptica, con una conexión 4G en relieve. “Normalmente el sector despliega una tarjeta SIM por terminal. Pero esta elección genera el 80% de los problemas de conectividad de las estaciones. Por eso hemos decidido desplegar progresivamente la fibra; el proyecto está en marcha”, comenta Maxime García.