"Es urgente actuar". En su informe sobre las perspectivas de empleo para este año, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) no se anda con rodeos. Según ella, los mercados laborales de los países de la OCDE siguen tensos, incluso si la recuperación se ha estancado, con una tasa de desempleo que nunca había sido tan baja desde principios de los años 1970. Señala que los salarios nominales no han seguido el ritmo de una inflación persistentemente alta e indica que los ingresos reales de los trabajadores han caído en casi todos los países de la OCDE. En este sentido, la organización se ha interesado mucho por los avances en IA que puedan tener un impacto significativo en el empleo.

“Los resultados preliminares de una nueva encuesta de la OCDE sobre el uso de la IA en los sectores industrial y financiero muestran que existe una necesidad urgente de actuar ahora, con políticas que permitan a los países, las empresas y las personas beneficiarse de la IA, teniendo en cuenta al mismo tiempo los riesgos. ”, dice ella. A pesar de que la adopción de la IA en las empresas sigue siendo relativamente baja, las últimas herramientas reveladas (como ChatGPT) y su facilidad de uso por parte de muchos empleados con habilidades en esta área sugieren que la IA está preparada para revolucionar el mercado laboral.

Índice
  1. Una clara brecha entre la visión actual de los empleados y sus temores sobre el futuro
  2. Prepárate lo mejor posible para esta revolución laboral

Una clara brecha entre la visión actual de los empleados y sus temores sobre el futuro

En su encuesta, la OCDE recopiló datos sobre la adopción y el uso de la IA en el lugar de trabajo, incluidos qué empleos cambiarán, se crearán o desaparecerán, y las necesidades cambiantes de los mismos. HABILIDADES. "Si consideramos todas las tecnologías de automatización, incluida la IA, el 27% de los empleos corresponden a ocupaciones con alto riesgo de automatización", advierte. Por lo tanto, una comparación de los sectores manufacturero y financiero de siete países resalta tanto las oportunidades como los riesgos que trae la IA. Punto positivo: el uso de dicha tecnología en el trabajo puede tener consecuencias positivas para los trabajadores en términos de satisfacción laboral, salud y salarios. El 63% de los encuestados indicó que mejoró la valoración de su trabajo. De manera similar, el 79% en el sector financiero y el 80% en el sector industrial, respectivamente, respondieron que esto optimiza su propio desempeño. En lo que respecta a la salud física y mental, más del 50% de los encuestados notaron mejoras mediante el uso de la IA.

Por su parte, los empresarios también tienen voz y voto: el 46% en el sector financiero y el 50% en la industria, respectivamente, consideran que la IA puede ayudar a los trabajadores discapacitados. Sin embargo, los riesgos compensan esto, generando preocupaciones sobre la privacidad, la intensidad del trabajo y los prejuicios. El 63% del sector financiero y el 57% del sector manufacturero están preocupados por perder sus empleos a causa de la IA en los próximos diez años. Refiriéndose a “una clara brecha entre lo que los trabajadores piensan hoy sobre el uso de la IA en su trabajo y sus temores sobre el futuro”, la OCDE llega incluso a pedir “una acción política inmediata para que nadie se quede atrás”.

Prepárate lo mejor posible para esta revolución laboral

Entonces, ¿qué pueden hacer los gobiernos frente a esta revolución? Según la OCDE, existe una necesidad urgente de reaccionar porque la IA no opera en un vacío regulatorio, pero probablemente sea necesario adaptar las políticas. Esto incluye la protección de datos, la lucha contra la discriminación y la salud y seguridad en el trabajo. También existe la necesidad de disponer de información accesible y comprensible y de responsabilidades claramente definidas. Por ejemplo, la ley europea de IA, la propuesta de declaración de derechos de IA en los Estados Unidos. Finalmente, la organización pide la cooperación internacional necesaria para supervisar la IA generativa. Por lo tanto, describe tres áreas principales que deberían ayudar a apoyar a los empleados hacia la transformación de las profesiones utilizando la IA. El primer punto es apoyar primero a los trabajadores con salarios bajos. “Las políticas salariales, como los salarios mínimos y la negociación colectiva, pueden ayudar a mitigar las pérdidas de poder adquisitivo. Los gobiernos también pueden brindar apoyo directo a través del sistema fiscal y de beneficios para proteger el ingreso neto de los hogares de bajos ingresos”, sugiere la OCDE.

Más concretamente, el segundo eje se centra en la necesidad de contar con garantías. “Para aprovechar los beneficios que la IA puede aportar al lugar de trabajo y al mismo tiempo abordar los riesgos para los derechos fundamentales y el bienestar de los trabajadores, los países deberían considerar acciones políticas concretas para garantizar que se apliquen los principios clave para un uso confiable de la IA”. La organización aconseja a los gobiernos que garanticen que la IA sirva para apoyar los mercados laborales inclusivos, en lugar de obstaculizarlos. Finalmente, su tercer eje estratégico se refiere al entrenamiento en IA. Nueva tecnología significa formación adecuada y nuevas habilidades. “La formación es necesaria tanto para los trabajadores poco cualificados como para los de más edad, pero también para los más cualificados”, se especifica. Los gobiernos también deben alentar las propuestas de formación de los empleadores. Esto ayudará en particular a diversificar la oferta de formación, integrar las habilidades de IA en la educación y apoyar la diversidad dentro de la fuerza laboral de IA, concluye la OCDE.