En un momento en el que el Parlamento Europeo acaba de votar la Ley de Inteligencia Artificial, la Comisión de Inteligencia Artificial acaba de presentar su informe para mejorar la competitividad de Francia en este ámbito. Como recordatorio Esta estructura fue creada el pasado mes de septiembre. para estudiar el impacto de la IA en diversos temas, empleos, crecimiento económico, etc. Después de 6 meses de audiencias y entrevistas, la comisión presentó 25 recomendaciones.
Financiar fuertemente el ecosistema de IA
En el plano económico y financiero, propone crear un fondo de 10.000 millones de euros dedicado a financiar el ecosistema de la IA. Para los expertos, la observación es sencilla: "las cantidades invertidas en IA en Estados Unidos son ahora 20 veces superiores a las invertidas en Francia". El objetivo es crear campeones nacionales en IA. Las polémicas en torno a la financiación de Mistral AI (con una participación adquirida por Microsoft o, más recientemente, por Snowflake) muestran claramente que, para crecer hoy en día, las empresas emergentes necesitan solicitar capital extranjero, en particular estadounidense. El fondo propuesto por la Comisión se financiará mediante una reorientación del ahorro hacia la innovación.
En el plano económico, para desarrollar la IA se necesita capacidad de cálculo. Se proponen varias vías. En primer lugar, desarrollar un orden europeo de potencia de cálculo privada, porque la oferta pública no será suficiente, advierten los expertos de la Comisión. Este orden tendrá que ir acompañado de una convocatoria de proyectos para la creación de centros de datos en territorio europeo reservando una parte de la capacidad de cálculo para usos públicos de la IA. Por último, los clientes podrán obtener créditos fiscales para la IA en proyectos de I+D que requieran esta potencia de cálculo.
Acceso sin restricciones a los datos
La otra parte importante del informe se centra en el elemento esencial para la existencia de la IA: los datos. La Comisión quiere liberar el acceso a los datos para mejorar y acelerar el desarrollo de modelos. "Algunas normas y prácticas francesas son más restrictivas que el marco europeo del RGPD", señalan los expertos, como por ejemplo la persistencia de la autorización previa y el escaso uso de la declaración simplificada. Un aumento de las tareas que frena la innovación. Por ello, la Comisión aboga por un enfoque radical "para eliminar los procedimientos de autorización previa para el acceso a los datos sanitarios y reducir los tiempos de respuesta de la CNIL".
La Comisión aboga también por acelerar la apertura de los datos públicos y por la creación de una infraestructura técnica para los datos en depósito legal (bibliotecas, etc.), que facilite la conexión entre los desarrolladores de aplicaciones de IA y los propietarios de datos culturales y patrimoniales. En lo que respecta a los datos sujetos a derechos de propiedad intelectual, la Comisión aboga por el principio de transparencia, que en última instancia conducirá a la creación de un mercado de datos "blancos", cuyo uso por parte de los editores de software sea lícito y seguro desde un punto de vista jurídico.
Fortalecimiento de la formación y la regulación
La formación en IA es crucial en más de un sentido. Necesitamos apoyar a quienes desarrollan las aplicaciones, a quienes las implementan y a quienes las utilizarán. La Comisión estima que en los próximos diez años la demanda de personal será del orden de 56.000 puestos al año en el desarrollo de IA y de 25.000 puestos al año en el despliegue de IA. Sin embargo, el problema, como en el caso de la ciberseguridad, es que la capacidad de formación en Francia es relativamente baja. En 2021, el Tribunal de Cuentas estimó en 16.687 el número de plazas de formación especializada en IA en el nivel bachillerato+3. Por tanto, es urgente reforzar la oferta de formación en IA, en particular mediante la formación profesional.
Por último, la regulación de la IA no se hará a nivel nacional, sino a nivel internacional. Francia debe ser un motor para la creación de una organización mundial de gobernanza de la IA. Según la Comisión, esta estructura tendría tres misiones: "En primer lugar, se encargaría de establecer normas vinculantes sobre los sistemas de IA, en particular en lo que respecta a la normalización de los procesos de auditoría de la IA". En segundo lugar, "a la manera del IPCC, se encargaría de hacer un balance de los conocimientos sobre la evolución de los sistemas de IA y sus impactos". Por último, "decidir sobre las orientaciones estratégicas para proyectos de interés general mundial, por ejemplo en materia de herramientas de IA en beneficio de la transición medioambiental".
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