No tienes ser un jugador de fútbol profesional para tener un buen golpe en la cabeza. Según una estimación de investigadores médicos, más de 27 millones de personas en todo el mundo sufren una lesión cerebral traumática cada año. Algunos son por accidentes automovilísticos, otros son por caídas o por un cabezazo en el campo de fútbol. Pero un creciente cuerpo de evidencia muestra que incluso los golpes leves en la cabeza pueden causar daños a largo plazo y aumentar el riesgo de enfermedad neurológica.
El cerebro es blando y generalmente está protegido de nuestros cráneos por líquido cefalorraquídeo. Pero cuando algo golpea la cabeza con suficiente fuerza, nuestros cerebros se empujan y pueden estrellarse contra ese hueso duro, causando hinchazón o sangrado. Eso puede provocar síntomas de conmoción cerebral como confusión o pérdida de la memoria a corto plazo. (No todas las conmociones cerebrales hacen que las personas se desmayen o sientan náuseas o mareos).
Un nuevo estudio publicado este mes en la revista Alzheimer y demencia se basa en un gran conjunto de datos que rastrea a los estadounidenses cuyos resultados de salud se han contabilizado durante los últimos 25 años. Los autores encuentran que las lesiones en la cabeza, incluso las leves, están asociadas con un aumento a largo plazo del riesgo de demencia. El estudio también encontró que cuantas más lesiones en la cabeza sufren las personas, mayor es el riesgo de desarrollar demencia.
La demencia es un término general para la memoria y las pérdidas cognitivas causadas por cambios en el cerebro. El tipo más común es la enfermedad de Alzheimer, un trastorno progresivo e irreversible en el que marañas de proteínas interrumpen la forma en que las neuronas se comunican entre sí. Pero existen otros tipos de demencia, incluida la demencia vascular, que ocurre cuando no hay suficiente flujo sanguíneo que suministre oxígeno al cerebro, y la demencia frontotemporal, que es causada por la pérdida de células en las regiones frontal y lateral del cerebro que puede alterar drásticamente la personalidad y el comportamiento.
Los investigadores esperan que esta nueva información contribuya a una mayor conciencia sobre las implicaciones de las lesiones en la cabeza y la importancia de prevenirlas. "Ese es realmente uno de los mensajes para llevar a casa más importantes de este estudio, porque las lesiones en la cabeza son algo que se puede prevenir hasta cierto punto", dice Andrea Schneider, neuróloga de la Universidad de Pensilvania y autora principal del artículo. "Puedes hacer cosas prácticas como usar cascos de bicicleta o usar el cinturón de seguridad".
Estudios anteriores han demostrado una relación similar entre las lesiones en la cabeza y la demencia, pero la mayoría se centró en poblaciones especializadas como los veteranos militares. Schneider dice que este estudio es uno de los primeros en observar la relación en una población general basada en la comunidad, que podría ser más representativa de la persona promedio.
Schneider y sus colegas de la Universidad de Pensilvania analizaron datos de más de 14.000 participantes en el estudio Atherosclerosis in Communities, un esfuerzo continuo que ha seguido a personas de entre 45 y 65 años en Minnesota, Maryland, Carolina del Norte y Mississippi desde 1987. El El estudio estaba destinado a rastrear las condiciones ambientales y genéticas que podrían contribuir a la enfermedad cardíaca, pero los investigadores también recopilaron registros médicos y pidieron a los participantes que informaran por sí mismos sobre cualquier lesión en la cabeza.
Cuando los investigadores de la Universidad de Pensilvania analizaron los datos sobre lesiones cerebrales traumáticas, encontraron que las personas que sufrieron una lesión en la cabeza tenían un 25 por ciento más de probabilidades de desarrollar demencia que las que no la sufrieron. Ese riesgo se duplicó para aquellos que habían sufrido dos o más lesiones en la cabeza.
Hay otros factores de salud que también podrían influir. La genética hace que algunas personas sean más propensas a la demencia; algunas formas son hereditarias o acompañan a otros trastornos progresivos como la enfermedad de Parkinson y Huntington. Otros riesgos incluyen problemas vasculares como diabetes y presión arterial alta, influencias ambientales como la contaminación y elecciones de estilo de vida como fumar. Pero Schneider dice que la lesión en la cabeza es un factor importante. “Pudimos decir que alrededor del 9.5 por ciento de todos los casos de demencia en nuestro estudio fueron atribuibles a lesiones en la cabeza”, dice ella.
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