En su visita a la Escuela Politécnica, Sébastien Lecornu, ministro de las Fuerzas Armadas, marcó el rumbo en el ámbito de la inteligencia artificial. Esta tecnología se utiliza cada vez más tanto sobre el terreno como en las tareas administrativas. El ministerio lleva trabajando en este tema desde 2018 y ahora quiere ampliarlo. Para ello, Sébastien Lecornu anunció la creación de una agencia ministerial para la IA en materia de defensa (AMIAD).

Incluirá un componente de investigación a través de la Escuela Politécnica y un componente de producción con sede en Bruz, en Ille et Vilaine. Está previsto contratar a 300 personas de aquí a 2026 para gestionar la agencia y contar con un presupuesto de 300 millones de euros. En una entrevista con nuestros colegas de Les EchosEl ministro confía a la AMIAD la misión de "conceptualizar, o incluso fabricar, inteligencia artificial en los grandes programas militares, tanto actuales como futuros". Entre los casos de uso citados por el ministro de Defensa, se encuentran los "orejas de oro", submarinistas capaces de detectar el ruido emitido por submarinos enemigos gracias a un sonar. Las pruebas permitirán saber si la IA es capaz de reconocer estos ruidos mejor que los humanos. En el ámbito informático, la agencia se beneficiará de un superordenador clasificado de aquí a 2025. Tendrá su base en Mont-Valérien, en la región de Île-de-France.

Computadoras cuánticas universales en desarrollo

El Ministerio de las Fuerzas Armadas también se interesa por la cuántica. Esta misión ha sido confiada a la DGA (Dirección General de Armamento) dirigida por Emmanuel Chiva. Este último anunció la firma de un acuerdo marco con 5 empresas: Alice&Bob, C12, Pasqal, Quandela y Quobly. El objetivo es crear de aquí a 2032 dos prototipos de ordenadores cuánticos universales de 128 qubits lógicos en el marco del proyecto PROQCIMA (dotado con 500 millones de euros en 10 años). Cabe señalar que el programa se divide en una fase de "examen" para medir los avances realizados, seguida de una fase de "competición" para quedarse solo con las soluciones más prometedoras.

En cuanto a los casos de uso, el ministerio se centra en las aplicaciones de comunicación y cifrado, pero también en "descubrir nuevos materiales, explorar nuevas formas de transmisión de información, navegar allí donde la red GPS no es accesible...", precisa en un comunicado de prensa. Por último, la nube no está ausente de las maniobras informáticas de Defensa. Nuestros colegas de Lettre A (por suscripción) indican que Ballard está ultimando su nube privada, desarrollada por Dirisi, para el mes de abril para alojar datos de "distribución restringida".