La IA generativa no es el equivalente algorítmico de un nuevo antibiótico de amplio espectro. Al menos de eso está convencido Sam Khalil, vicepresidente de aplicaciones analíticas de la farmacéutica Novo Nordisk. La empresa, fundada en Dinamarca en 1923 y que emplea a 63.000 personas en todo el mundo, no ve en esta tecnología una respuesta a sus necesidades clave, en particular el descubrimiento de nuevos tratamientos.
“En el ámbito sanitario, necesitamos algo más que lo que ofrece la IA generativa. Necesitamos planificación, razonamiento y pensamiento crítico”, afirma Sam Khalil. Para él, la IA generativa es similar a lo que el psicólogo y economista estadounidense-israelí Daniel Kahneman llama un sistema de tipo 1, que proporciona respuestas rápidas y automáticas. Sin embargo, la sanidad necesita más sistemas de tipo 2, capaces de tomar decisiones más lentas, pero también más lógicas y deliberadas. “Sistemas capaces de analizar conjuntos de datos y mejorar la comprensión”, resume Sam Khalil, que habló en el Festival Mundial de IA de Cannes (del 8 al 10 de febrero).
La planta de Novo Nordisk en Chartres. El grupo danés acaba de invertir 2.100 millones de euros para ampliar la capacidad de producción de esta planta. (Foto: DR)
Un gemelo... del cuerpo humano
Para lograr estos sistemas de tipo 2, el experto describe una serie de pequeños pasos. Empezando por añadir una forma de memoria a los sistemas de IA. “A corto plazo, el tema ya está cubierto por los enfoques RAG. Pero para una memoria más persistente, probablemente será necesario asociarla con gráficos de conocimiento”, afirma Sam Khalil. A esto se suma la planificación, para que el sistema sea capaz de descomponer su acción en tareas elementales. “Pero aun así, seguirá careciendo de capacidades para predecir las consecuencias de una acción”, apunta el vicepresidente de Novo Nordisk.
Sam Khalil, vicepresidente de aplicaciones analíticas de Novo Nordisk: “La mayoría de los usuarios no saben cómo hacer preguntas a un sistema automatizado”. (Foto: DR)
Al igual que Yann LeCun, que defendió una visión similar en el mismo evento, Sam Khalil, que pasó más de 10 años en Novartis antes de unirse a Novo Nordisk en la primavera de 2023, imagina un sistema de IA capaz de modelar un entorno (en el caso de la farmacia, el cuerpo humano), para predecir la acción de una molécula particular sobre él.
LLM como interfaz para los usuarios
"Estamos apenas al principio de esta evolución", afirma Sam Khalil. Un cambio que el laboratorio danés, que emplea a 1.800 personas en Francia, está abordando intentando especializar varias IA en una determinada especialidad. "Todo empieza con un primer agente encargado de aclarar las intenciones del usuario. Una fase crítica porque la mayoría de los usuarios no saben cómo hacer preguntas a un sistema automatizado. El primer paso aquí es aislar el nombre de las variables", explica el experto. En definitiva, una interfaz basada en un LLM que debería evitar que los científicos de datos del grupo tengan que procesar cada solicitud manualmente. Una vez identificadas las variables, un conjunto de agentes tendrá que ir a recuperar los datos adecuados, trabajando juntos. "Y todo el código se guardará para fines de auditoría y para compartirlo con expertos para obtener una segunda opinión", comenta el experto.
Mientras Novo Nordisk ha empezado a adaptar algunos modelos de código abierto a sus propias necesidades, mediante fases de entrenamiento sobre datos internos, Sam Khalil considera que el siguiente gran paso hacia el sistema automatizado que está diseñando consistirá en entrenar a un LLM para que “entienda el lenguaje de mi vida”, es decir, las secuencias de ADN. Antes, espera, combinar esta capacidad con un modelo predictivo.
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