¿Podría la solución Para eliminar la basura espacial peligrosa, ¿sería una nave espacial del tamaño de una mini nevera equipada con un gran imán, o tal vez un remolcador en órbita que envía un enjambre de tentáculos para atrapar un cohete gastado?
Si todo va bien, esquemas como estos pueden ser los primeros pasos para eliminar la creciente constelación de desechos metálicos que orbitan la Tierra. Hay al menos 23.000 piezas de cargas útiles desechadas, cuerpos de cohetes y otros escombros de más de 10 centímetros de largo que rodean el planeta, según estimaciones de la NASA, con otros 500.000 objetos más pequeños que oscilan entre 1 y 10 centímetros. Todos se mueven al menos a 18.000 millas por hora y pueden permanecer en el aire durante décadas antes de volver a entrar en la atmósfera de la Tierra y quemarse. Mientras están en órbita, representan un riesgo para los satélites de comunicaciones comerciales, los orbitadores científicos y meteorológicos y, por supuesto, la Estación Espacial Internacional, que actualmente alberga a siete astronautas.
En 2020, dos satélites desaparecidos no chocaron entre sí por solo 40 pies a unas 550 millas por encima de Pittsburgh, mientras que un satélite ruso no operativo y un satélite de comunicaciones Iridium chocaron en 2009 sobre Siberia. Como resultado, las agencias espaciales nacionales y las empresas comerciales se están preparando para barrer los objetos espaciales antes de que suceda algo peor. Los funcionarios de la NASA emitieron recientemente un manual sobre cómo evitar accidentes para los proveedores de satélites comerciales, y este mes la agencia firmó un acuerdo con SpaceX para garantizar que ambos prioricen la seguridad durante los lanzamientos y las maniobras orbitales. El acuerdo es una forma de asegurarse de que los satélites de una de las partes no estén estacionados sobre los sitios de lanzamiento de la otra o sobre las trayectorias planificadas de las naves espaciales, lo que podría provocar colisiones que generarían aún más escombros. El Pentágono podría incluso pagar a las empresas comerciales por toneladas para eliminar la basura espacial, según un informe reciente de SpaceNews.
El 22 de marzo, Astroscale, una startup con sede en Tokio que colabora con la agencia espacial japonesa, JAXA, lanzó un recolector de basura espacial magnético llamado End of Life Services by Astroscale demostración, o ELSA-d. El proyecto consta de dos naves espaciales. Uno es un satélite de servicio del tamaño de una mini nevera de 386 libras armado con un imán. El otro es un satélite cliente más pequeño, de 37 libras, que tiene la forma de varias cajas de pizza apiladas una sobre la otra y tiene una placa magnética redonda. Su primer vuelo es una misión de demostración, diseñada para probar qué tan bien el satélite más grande puede perseguir y capturar al más pequeño, que está desempeñando el papel de un objetivo de práctica. Los dos estaban conectados cuando se lanzaron, pero una vez que todos los sistemas se hayan verificado en unos pocos meses, el administrador liberará al cliente en su propia órbita. Los operadores en tierra los llevarán a un punto de encuentro para que el imán del satélite más grande se acerque lo suficiente como para adherirse a la placa del satélite más pequeño.
Si todo va bien con la reunión cuando ambos objetos se mueven de manera estable, una segunda fase del proyecto implicará enviar la máquina más pequeña a una órbita giratoria, lo que hará que sea más difícil de capturar. Una vez más, el satélite más grande tendrá que encontrarlo y agarrarlo con el imán. Esta tarea es más difícil y está destinada a demostrar a los clientes potenciales que Astroscale puede capturar con éxito los escombros que se mueven erráticamente por el espacio. Después de esa segunda captura, las dos naves entrarán en una órbita conjunta y se quemarán sin causar daño en la atmósfera de la Tierra.
Las versiones futuras del sistema Astroscale podrían usarse para eliminar los satélites muertos de una compañía específica, o simplemente despejar un parche de espacio particularmente concurrido que podría amenazar la misión de una agencia espacial o comercial. Pero la solución de Astroscale de usar imanes para permitir que un satélite agarre a otro solo funcionará si los operadores de satélites unen la placa magnética de la compañía a futuros orbitadores, como agregar un enganche de remolque para una grúa con destino al espacio.
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