Esperma "gigante" de 100 millones de años, congelado en ámbar
hace 4 años
Hace 100 millones de años, dos diminutos crustáceos apareándose (y otros 37) quedaron congelados para siempre en ámbar. Los paleontólogos chinos los han desenterrado e incluso han podido echar un vistazo al esperma "gigante" del macho.
Después de una abeja o incluso de un diminuto dinosaurio, le toca el turno a un espermatozoide gigante preservado en matriz de ámbar por descubrir. Paleontólogos del Instituto de Geología y Paleontología de Nanjing de la Academia de Ciencias de China han encontrado fósiles de ostracodo perfectamente conservados en ámbar en Myanmar (Birmania). Luego pasaron los fósiles por debajo de una máquina de tomografía de rayos X, para generar un modelo 3D de los organismos congelados dentro del ámbar con gran detalle. En total, las muestras fósiles examinadas contenían 39 ostrácodos de varias especies diferentes. Entre ellos, los investigadores chinos incluso han descrito una nueva especie (además, de un nuevo género): Myanmarcypris hui. Los ostracodos son pequeños crustáceos de apenas un milímetro de largo que pululan por los océanos, ríos y arroyos del mundo. Los ostrácodos fosilizados en cuestión vivieron en medio del período Cretácico, durante la época de los dinosaurios. Y dos de ellos estaban apareándose cuando quedaron atrapados por la dulce savia de un árbol.
Un espermatozoide cuatro veces el tamaño del padre
Los científicos chinos informan haber logrado examinar las partes blandas de varios ostrácodos atrapados en ámbar, incluidos sus órganos reproductivos. Pegados entre sí, un individuo masculino estaba incluso congelado cuando estaba embarazada de una mujer. Por tanto, era visible un espermatozoide "gigante", característico de estos animales. Según aclara la investigadora Renate Matzke-Karasz de la Universidad Louis-et-Maximilien de Múnich, colaboradora en este estudio publicado en Proceedings of the Royal Society B - Biological Sciences, este espermatozoide está así calificado porque podría medir hasta 4, 6 veces el tamaño del cuerpo del padre varón. "¡Esto sería el equivalente a un espermatozoide de aproximadamente 7,30 metros en un humano de 1,70 m, por lo que se necesita mucha energía para producirlos!", subraya la investigadora de AFP (a través de GEO). En resumen, en el ostracod, como en otros artrópodos como la Drosophila común, lo que cuenta es el tamaño del espermatozoide y no su cantidad. Este espermatozoide ostracódigo congelado en ámbar es el esperma animal fosilizado más antiguo jamás descubierto.
En este caso, el ostracod macho tiene un quinto miembro en forma de pinza para agarrar a la hembra. Sus dos hemipenes, hasta entonces invaginados dentro de su cuerpo, se despliegan como dos toboganes de evacuación de emergencia de un avión. Los inmensos gametos se depositan así en la doble vagina de la hembra para fecundarla. "El comportamiento reproductivo de los ostrácodos, que se asocia con adaptaciones morfológicas dramáticas, se ha mantenido sin cambios durante al menos 100 millones de años", concluyen los investigadores detrás del inusual descubrimiento. "Es un ejemplo supremo de estasis evolutiva. "
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