Se puede superar una gran parte de la industria manufacturera, no porque no reconozca la necesidad de transformación digital, sino porque carece de estrategias concretas para implementarla. Según una encuesta realizada por IFS con más de 800 ejecutivos de la industria en todo el mundo, el 82 % de los fabricantes creen que su negocio no sobrevivirá más de tres años si no está más involucrado en la tecnología de la información.
Aunque todos los encuestados reconocen que el uso de la tecnología digital es vital para el desarrollo de su negocio, solo el 10 % lo describe como un pionero en esta área. El 65 % de los cuestionados incluso se consideran retrasados, ya sea por falta de inversión o porque su organización está bloqueada en las primeras etapas de transformación digital, o aún así porque no tiene un plan concreto para los próximos pasos.
Obstáculos digitales
Los mercados de los mercados reforzados por las batallas comerciales entre países, las perturbaciones de la cadena de suministro y los efectos inminentes del cambio climático hacen que la transformación digital sea una necesidad para los industriales. Pero, ¿qué les impide avanzar más rápido en este terreno? El estudio identifica una serie completa de obstáculos:
- Ausencia de estrategias y gran cantidad de soluciones: Muchas compañías son conscientes de la necesidad de transformación digital, pero no tienen una estrategia clara y están abrumadas por la multitud de opciones disponibles en el mercado. Esto da como resultado la incapacidad de tomar decisiones.
- Diferente desorientación y prioridades: El estudio muestra que cada nivel de gestión fija diferentes prioridades tecnológicas. Si bien casi todos los representantes presentes en la Junta Directiva (94 %) consideran la nube como la tecnología más grande, la mayoría de los jefes de departamento y servicio (81 %) prefieren IoT. Los operativos, por otro lado, se sienten más atraídos por los gemelos digitales (85 %) e inteligencia artificial (84 %). Estas diferentes prioridades fortalecen la indecisión y evitan tomar medidas específicas. Al mismo tiempo, la brecha entre retrasar organizaciones y líderes digitales se amplía.
- Gestión del cambio y complejidad de las tecnologías: Una quinta parte de las compañías cuestionó declarar que la gestión del cambio (22 %) y la complejidad de las tecnologías (21 %) son los principales obstáculos. La dificultad de gestionar los cambios dentro de la empresa y enfrentar sistemas complejos evita la rápida implementación de proyectos innovadores.
- Falta de inversión: Si bien los líderes digitales invierten un promedio del 45 % de su presupuesto de TI en proyectos de transformación, los recién llegados son mucho menos activos en esta área.
- Falta de estrategia de ESG: Muchas empresas (71 %) no tienen una estrategia creíble de ESG (ambiental, social y de gobernanza), y solo el 39 % desarrolla activamente iniciativas ESG.
La cadena de suministro bajo control
Más allá de estos frenos, el estudio también destaca algunos desarrollos positivos. Por ejemplo en la cadena de suministro. Casi todas las empresas (98 %) están interesadas en nuevas estrategias geográficas para fortalecer su resiliencia, por ejemplo, al reubicarse en regiones más cercanas o más políticas. Las organizaciones más avanzadas en digital se basan en tecnologías avanzadas como simulaciones avanzadas, mientras que los recién llegados a menudo se basan en herramientas de evaluación de riesgos aisladas.
"La industria manufacturera está en un punto de inflexión: aunque la mayoría de las empresas han reconocido la urgencia de la transformación digital, la indecisión aún domina con demasiada frecuencia", dijo Maggie Slowik, directora sectorial de la industria manufacturera en IFS. Una vacilación acompañada de un cierto número de riesgos, dijo. "En un mercado volátil, la resiliencia y la madurez digital no solo son ventajas competitivas, son esenciales para la supervivencia", dijo.
Para este estudio realizado para el editor de IFS, la firma del censo entrevistó a 815 gerentes de industriales con una facturación de al menos 180 millones de euros. Los participantes provenían de 19 países, incluidos Francia, el Reino Unido, Alemania, Estados Unidos, Japón e Indonesia, y trabajaron en departamentos como producción, cadena de suministro, finanzas e I + D.
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