La saga duró casi cinco días con todos los ingredientes de una serie americana y un “final feliz”. De hecho, Sam Altman, despedido de su puesto como director ejecutivo deAbierto AI anunció su regreso a este mismo cargo. La compañía aprovechó para renovar su consejo de administración nombrando al frente a Bret Taylor, ex co-CEO de Salesforce y a Larry Summer, exsecretario del Tesoro de Estados Unidos. Personalidades experimentadas que tranquilizarán a los inversores sobre la sostenibilidad de la empresa detrás de ChatGPT, Dall-E, etc. Tenga en cuenta que Greg Brockman, ex presidente del consejo de administración, regresa a la empresa después de haber dimitido.

Índice
  1. Estupor y temblores
  2. Golpes bajos y resultado
  3. Punto final o inicial

Estupor y temblores

Por tanto, estos anuncios ponen fin a esta serie en varios actos. La primera comenzó el pasado viernes cuando, para sorpresa de todos, la junta directiva de OpenAI publicó un comunicado de prensa despidiendo a su director ejecutivo, Sam Altman. La razón dada fue “que no siempre había sido sincero en sus comunicaciones con el consejo, lo que obstaculizó su capacidad para cumplir con sus responsabilidades”. Satya Nadella, director ejecutivo de Microsoft y principal patrocinador de OpenAI, fue notificado de esta decisión unos minutos antes. Rápidamente lideró las negociaciones durante el fin de semana para el regreso de Sam Altman a OpenAI.

Pero ante el fracaso de las discusiones, el segundo acto se abre con el anuncio de la contratación de Sam Altman y Greg Bockman por parte de Microsoft liderando una división de investigación avanzada de IA. Por otra parte, OpenAI ha nombrado a Emmett Shear, fundador de Twitch, como director ejecutivo interino. Estas decisiones no calman la ira que se está gestando entre los empleados de OpenAI. Envían carta abierta exigiendo el regreso de Sam Altman y la dimisión de la junta directiva bajo pena de dimitir y marcharse a Microsoft. Un periodo de incertidumbre en el que algunos como Marc Benioff, director general de Salesforce, no dudaron en coquetear con estos mismos empleados en Twitter prometiéndoles contratos de oro.

Golpes bajos y resultado

El asunto podría haber terminado ahí, pero Satya Nadella continuó sus negociaciones y resolvió puntos de tensión en lo que podemos llamar el tercer acto. Como se explica Emily Chang de Bloomberg en su cuenta de Twitter“El principal punto conflictivo fue la presencia de Sam en la junta directiva. Al final, acordó no formar parte de la junta, al menos inicialmente, para cerrar el trato”. Además, “la presencia de Adam d'Angelo (nota del editor, director ejecutivo de Quora) en la junta directiva” también fue una fuente de conflicto. Se sospechaba que había planeado el derrocamiento del director ejecutivo. Mantiene su asiento por ahora.

El hombre que rompió el punto muerto no es otro que Emmett Shear, quien tras su nombramiento pidió a la junta directiva que proporcionara pruebas de las irregularidades de Sam Altman, de lo contrario no podría permanecer en su puesto. Y aquí es donde entra Elon Musk, que no tiene ni a OpenAI ni a Sam Altman en su corazón. en un tuitSe refirió a una carta firmada por ex empleados de la startup criticando el comportamiento de Sam Altman. Esta carta ha sido eliminada desde entonces, pero se puede ver aquí. Una iniciativa vana, porque Sam Altman finalmente firma su regreso a la dirección de Open AI.

Punto final o inicial

Este último indicó en un mensaje: “Me encanta OpenAI y todo lo que hice en los últimos días fue al servicio de este equipo y su misión. Cuando decidí unirme a Microsoft el domingo por la noche, estaba claro que este era el mejor camino para mí y para el equipo. Con la nueva junta directiva y el apoyo de Satya, espero regresar a OpenAI y construir nuestra sólida asociación con Microsoft”. Por su parte, Satya Nadella subrayó que “creemos que se trata de un primer paso esencial en el camino hacia una gobernanza más estable, mejor informada y más eficaz”.

Ahora queda por ver qué huellas dejarán estos cinco días de crisis. Un breve periodo pero ha planteado preocupaciones sobre el futuro del desarrollo de la IA generativa y en particular con respecto al lugar de OpenAI en este mercado. Será interesante observar la reacción de Microsoft en las próximas semanas, que probablemente querrá controlar mejor sus inversiones con, por qué no, un puesto en el consejo de administración. ¿Cuál será también la reacción de Sam Altman, que ha decidido iniciar una investigación interna para descubrir los motivos de su destitución? Si el asunto OpenAI no se ha convertido en una “telenovela” (serie interminable), parece que la telenovela todavía nos reserva algunos episodios más.