En lo que se refiere a los excesos en el presupuesto destinado a la nube, los estudios se suceden y son similares. Según un estudio de Forrester, realizado para la editorial estadounidense especializada en integración Boomi, el 72% de los responsables de TI explican que su empresa ha superado su presupuesto de nube durante su último ejercicio fiscal. Es más o menos el nivel observado en los estudios sobre el tema de los últimos años. Pero las mentalidades están cambiando, considera Forrester, que encuestó a 420 responsables de la nube y de TI en todo el mundo.
Si bien los problemas tradicionales como el almacenamiento excesivo de datos (citado por el 52% de los encuestados) y el consumo excesivo de ancho de banda de red (42%) aumentan el costo, la falta de una estrategia de integración y las arquitecturas de nube ineficientes también son culpables, según el 44% y el 40% de los tomadores de decisiones encuestados, respectivamente. "Los ejecutivos están comenzando a ver la arquitectura y la integración como parte de la ecuación de costos de la nube", dice Forrester. Esta constatación está llevando a las organizaciones a ampliar sus prioridades en la nube. La modernización de aplicaciones, la consolidación de datos para análisis, la mejora de la gobernanza y la implementación de iniciativas de integración están a la par con la reducción de costos real.
¡Desde el diseño de la arquitectura!
Pero entre decirlo y hacerlo sigue habiendo una brecha importante. Solo el 6% de los responsables de la toma de decisiones encuestados cree que su empresa ha alcanzado el nivel de proactividad necesario para un control real de los costes. En el 42% de las empresas, la optimización de los costes de la nube se tiene en cuenta desde la definición de la arquitectura, mientras que la mayoría de los responsables de la toma de decisiones reconocen que se trata de un requisito previo para obtener visibilidad sobre el gasto en la nube. En la mayoría de los casos, la cuestión del control presupuestario se aborda más bien durante las fases de desarrollo, o incluso de despliegue de la solución. También hay que señalar que solo el 38% de las empresas estudian la optimización de los costes a posteriori, una vez que la solución ha entrado en producción, un ejercicio que, sin embargo, es útil, incluso imprescindible, para adaptar el entorno a las necesidades reales o para beneficiarse de la evolución de los catálogos de los proveedores de servicios en la nube.
Según Forrester y Boomi, parte del problema reside en las limitaciones actuales de las herramientas de monitorización y optimización de costes de la nube (CCMO), "que sólo muestran a los ejecutivos una parte del panorama de costes, y normalmente a posteriori". Para los analistas, estas limitaciones, que nueve de cada diez empresas denuncian, se deben en primer lugar a la dificultad de consolidar todos los datos relevantes en estas herramientas y a su incapacidad para orientar las decisiones que se toman durante las fases de definición y desarrollo de la arquitectura.
La implementación de una estrategia de control de costos de extremo a extremo es cada vez más urgente, ya que los responsables de la toma de decisiones prevén un crecimiento en sus presupuestos de nube. Si bien solo el 14 % de ellos informa un aumento en los costos de la nube de más del 20 % en los últimos 2 años, casi el doble (27 %) espera este nivel de inflación en el gasto en la nube durante los próximos 24 meses.
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