Implementada desde finales de 2020, la tecnología móvil 5G es la primera generación de telecomunicaciones celulares cuyo protocolo fue diseñado de forma nativa para el IoT, con tiempos de latencia reducidos, capacidad de intercambiar datos muy pequeños entre numerosos dispositivos y un funcionamiento optimizado tanto en interiores como en exteriores. Con el desarrollo de la tecnología digital en el corazón mismo de las fábricas, la industria es un objetivo prioritario para esta tecnología. Sin embargo, pocos proyectos han sido discutidos públicamente en este ámbito.
En el salón Global Industrie, celebrado del 25 al 28 de marzo en Villepinte (Seine-Saint-Denis), tres fabricantes acudieron a debatir sobre la implantación del 5G en sus plantas de producción y a compartir las ventajas de la tecnología y los obstáculos encontrados. ¿Pruebas de un temblor del 5G en las fábricas? Es necesario hacer una salvedad, ya que dos de estas tres empresas tienen una actividad centrada en el mundo de las telecomunicaciones que claramente les da una ventaja. La normanda Acome fabrica cables de telecomunicaciones, en particular fibra óptica, y Alcatel Submarine Network (ASN, filial de Nokia) suministra e instala sistemas de comunicación submarina. El tercer testigo, el gigante mundial del acero ArcelorMittal, sí representa a la industria y ha equipado su planta de Dunkerque (Grande-Synthe, Nord).
10.000 m2 conectados en Arcelormittal Dunkerque
Acome ha puesto en marcha una política de dotación de 5G en sus fábricas a partir de 2022. Hasta ahora, estaban equipadas con WiFi, lo que provocaba muchas pérdidas de señal, según el fabricante. Un tercio de su planta francesa de Romagny (Manche), que cuenta con 7 fábricas y ocupa una superficie de 50 ha, ya está equipada. La empresa afirma que está consiguiendo una de sus mayores ganancias de productividad vinculadas al 5G en el despliegue de los AMR (robots móviles autónomos), que circulan así en flotas por todo un almacén, sin riesgo de pérdida de conexión. Estos robots, que desplazan los productos en lugar de los operarios, aumentan la productividad de la planta y reducen los riesgos de trastornos musculoesqueléticos para los empleados al evitar que tengan que transportar estas cargas, y también reducen la cantidad de residuos generados en este proceso.
De izquierda a derecha, Christophe Bejiina, CIO de redes submarinas de Alcatel, David Glijer, CDO y director de transformación digital de Arcelormittal Francia, y Aurélien Bergonzo, director de innovación y tecnología de Acome, en Global Industrie 2024. (Foto: ED)
"Nuestra planta de Dunkerque ocupa 10.000 m2 que estaban en una zona muerta", recuerda David Glijer, CDO y director de transformación digital del clúster Norte de Arcelormittal Francia. El gigante siderúrgico también ha desplegado una red 5G privada, equipada por Ericsson y cuya gestión está externalizada a Free Pro. "Pero la red y las tarjetas SIM nos pertenecen y las frecuencias están reservadas para nosotros", subraya el CDO del fabricante de acero.
El 5G aporta al fabricante una mayor fiabilidad de la red y una continuidad del servicio en movilidad en su planta de producción. Según él, esta red también le ayuda a poner en marcha su estrategia de descarbonización (inversión total de 1.800 millones de euros). "Ahora importamos acero reciclado", explica David Glijer. "Hemos pasado así de 1 a 2 millones de toneladas manipuladas en la planta de Dunkerque. Este acero llega por ferrocarril y tenemos que rastrearlo, es decir, seguir las existencias, pero también las grúas, los equipos de elevación, los operarios que lo manipulan, hasta el proceso industrial. Todo está conectado. Y este seguimiento habría sido imposible con WiFi, debido a las pérdidas de señal".
Acelerando el despliegue de nuevos sensores
El director de desarrollo de Arcelormittal asegura que no solo no se arrepiente de su elección, sino que ha decidido implementar el 5G en otra de sus plantas de producción. "Al equipar nuestras plantas de Florange en Mosela, pasaremos de 10.000 a 16.000 m2 conectados", afirma. "Nuestros operarios permanecen conectados con su tableta durante todo el tren caliente, que tiene casi 100 metros de longitud. Pueden dar o recibir instrucciones, por supuesto, pero también acceder a funciones como la configuración de permisos".
Finalmente, ASN decidió en 2020 pasar a una red 5G privada global para apoyar su programa de digitalización de talleres. El despliegue comenzó en 2021 y la red se puso en marcha el año siguiente. “Tenemos una gran cantidad de plataformas y edificios”, afirma el CIO Christophe Bejiina. “Y el 5G permite a nuestros técnicos de mantenimiento permanecer conectados de forma remota con total libertad de movimiento por todo el sitio”. El CIO identifica dos ventajas principales: el fin de la necesidad de tender cables y la rapidez de despliegue de sensores adicionales. “También simplifica nuestra arquitectura informática”, añade, “ya que todo está conectado en esta única columna vertebral”.
Un reto para el sector europeo
Las tres empresas, no obstante, reconocen que han tenido algunos problemas para ser de las primeras en desplegar el IoT 5G. En particular, porque en el mercado existían pocos dispositivos compatibles. "Así fue durante casi dos años", estima Christophe Bejiina, de ASN. "Pero hoy hemos entrado en una segunda fase. El número de terminales y sensores 5G se ha multiplicado por diez. Como resultado, también estamos identificando muchos más casos de uso". Para Arcelormittal, las principales dificultades están en otro lado. "Como operador de telecomunicaciones, no se improvisa de la noche a la mañana", resume David Glijer.
Para él, también es esencial aculturar su ecosistema de socios, en particular las microempresas y las pymes, para aprovechar realmente todos los beneficios del 5G y construir este ecosistema europeo. Esto le llevó a crear un campus 5G para las empresas emergentes, pero también para los actores de la investigación e incluso otros industriales. "Ahora hay miles de sensores disponibles, lo que hace que los proyectos 5G sean más interesantes", continúa el CDO, "excepto que las tecnologías rara vez son europeas, lo que crea un riesgo para los industriales como nosotros. Por eso también creamos nuestro campus. No podemos transformarnos sin involucrar a las pequeñas estructuras. Debemos avanzar rápidamente, construir un ecosistema francés si es posible, o al menos europeo, y no reinventar tecnologías que ya existen, por ejemplo".
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