[Critique] Lupin: Omar Sy nos roba el corazón en Netflix | Diario del friki
hace 4 años
Para su nueva serie producida en Francia, Netflix se apodera del mito de Arsène Lupin y le ofrece una relectura contemporánea donde Omar Sy se divierte como un caballero-ladrón. El resultado es un entretenimiento lleno de amor por el personaje.
En nuestra opinión, las series francesas producidas por Netflix hasta ahora están lejos de haber brillado. Desde el desastre de Marsella hasta la torpe La Révolution, pasando por Family Business, Marianne o Plan Coeur, ninguna serie ha logrado provocar una adhesión franca, la mayoría de las veces por culpa de una escritura demasiado artificial. Pero la esperanza da vida y es con curiosidad y deseo que damos la bienvenida a un Lupin de un nuevo tipo.
Antes de eso, una pequeña sesión de recuperación: Arsène Lupin apareció por primera vez en 1905 bajo la pluma de Maurice Leblanc. Este caballero-ladrón amante de los disfraces cometerá los robos más atrevidos durante la Belle Époque en nada menos que dieciocho novelas y más del doble de los cuentos. Ha tenido muchas adaptaciones al teatro, la televisión o incluso el cine donde su aparición más reciente data de 2004, luego fue interpretado por Romain Duris. Sin olvidar por supuesto su descenso con el famoso Lupin III, cuya última película estrenada el año pasado es una pequeña joya de aventuras. En resumen, más de un siglo después, su leyenda sigue viva y sigue inspirando tanto.
Lo que nos lleva a nuestra época en la que Assane Diop (Omar Sy), un gran fan de Lupin, decide apropiarse de los métodos de su héroe para vengar la muerte de su padre, injustamente acusado de un robo que no cometió.
Y si no hay una encarnación de Arsène Lupin estrictamente hablando aquí, no obstante es omnipresente. Los escritores tienen cuidado de respetar los escritos de Leblanc y cada escena se siente como una declaración de amor por el material original. Evidentemente, podemos hablar de los métodos utilizados - Assane divirtiéndose cambiando su identidad según sus necesidades -, pero también referencias directas a las aventuras de Lupin; de esta búsqueda filial, de esta venganza contra la burguesía que no es diferente a la de Arsène; y luego está este libro que pasamos de generación en generación, para compartir estos valores. Sin llevar el mismo nombre, el viaje vengativo y amoroso de Assane se puede comparar fácilmente con Arsene, lo que demuestra el fino esfuerzo de reescritura de las plumas detrás de la serie.
Omar Sy, la evidencia del Lupin contemporáneo
La decisión de confiar el papel a Omar Sy no es trivial. Para empezar, esta es una de las primeras veces que el actor logra ser olvidado detrás de un personaje. Una corrección de juego que lo ve divirtiéndose como un niño durante la ejecución de sus planes y encuentra su tono serio tan pronto como se vuelve más personal. Exactamente como el héroe de Leblanc. Pero quizás también podamos ver un parecido real entre Arsène, Assane y Omar. El actor tiene un encanto natural, una mirada juguetona y una sonrisa que encaja a la perfección con lo que se espera de él. De la misma manera que ahora es difícil imaginar otro Tony Stark que Robert Downey Jr., debemos admitir que Omar Sy es un Lupin más grande que la vida, mientras que él no lo encarna.
La presencia de Omar Sy también permite otro tour de force: utilizar el racismo en beneficio de Assane. Todo comienza con una frase: “Me ves, pero no me miras”. Una frase que estará en el origen de cada golpe del caballero-ladrón. Un equipo de limpieza formado íntegramente por personas de minorías a las que los guardias ignoran, un robo de joyas a una familia burguesa que ganaba dinero en la finca congoleña, un intercambio de prisioneros negros ... la serie hace un uso perfecto de males no reconocidos (o no) de una sociedad para permitir que Assane logre su venganza. ¿No es creíble? Te recomendamos que veas el video promocional publicado recientemente por Netflix que muestra a Omar Sy pegando un póster de Lupin en el metro de París sin que nadie lo reconozca.
Ritmo, pero atajos
En el primer episodio, la puesta en escena de Louis Leterrier (Insaisissables, The Incredible Hulk…) no deja tiempo para que la trama se detenga para embarcarse en el atraco del siglo. Los siguientes episodios serán de la misma índole, logrando posar a los personajes mientras Assane comete un golpe diferente cada vez, sin caer en un predominio de la acción para ocultar los agujeros. Resultado: los cinco episodios de esta primera parte se enlazan fácilmente y no sentimos ninguna longitud. El clímax del final que viene a acabar con nosotros de modo que solo esperamos una cosa: ¡la continuación! Con rapidez !
Sin embargo, este supuesto y placentero entretenimiento no puede realizar sus pequeñas hazañas sin hacer algunos sacrificios muy dañinos. En primer lugar: sus personajes femeninos que existen por el momento muy poco más allá de su relación con Assane. Un lamento evidente dado el potencial de los papeles que interpretaron Clotilde Hesme y Ludivine Sagnier. Esperamos que la parte 2 pueda ponerlos más en el centro de atención.
Luego viene, desde nuestro punto de vista, el atajo de guión más incómodo de una serie que, sin embargo, incluye algunos: el policía interpretado por Soufiane Guerrab. Éste, fan de Arsène Lupin, rápidamente establece el vínculo entre las acciones de Assane y el personaje de ficción. Chance hace las cosas demasiado bien y se vuelve un poco ridículo. Hubiéramos preferido un oponente con una mente analítica más asertiva como una L (para los fanáticos de Death Note) o un cierto ... Sherlock Holmes. Además, ¿Benedict Cumberbatch estaría disponible para un crossover? Preguntamos por si ...
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