Existe una fuerte presunción de que existe una relación entre la exposición a pesticidas y seis patologías, entre ellas varios tipos de cáncer y la enfermedad de Parkinson. Esto lo confirma el estudio Informe de Inserm (Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica) de 2021, basado en varios estudios epidemiológicos recientes. Y esta conclusión concierne tanto a los profesionales del mundo agrícola como a los residentes que viven cerca de una explotación agrícola en un radio de al menos 1,5 km. Sin embargo, el estudio de esta correlación se ve obstaculizado por la falta de datos completos necesarios para una medición precisa del impacto de los pesticidas en la salud en las zonas agrícolas circundantes.
Uno de los principales retos es la falta de datos precisos y a gran escala sobre el uso de la tierra y el uso de las tierras agrícolas para establecer un mapeo confiable. Para abordar esto, el Instituto Nacional de Información Geográfica y Forestal (IGN) y el Instituto Bergonié han trabajado en el marco del proyecto Geo-K-Phyto en un método para automatizar la extracción de esta información a partir de fotografías aéreas mediante inteligencia artificial.
Se identificaron 24% de parcelas adicionales
Para desarrollar su método, los investigadores entrenaron una red neuronal utilizando imágenes raster (matrices de píxeles) procedentes de ortofotografías infrarrojas de alta resolución (imágenes de ultraalta definición reconstruidas a partir de cientos de fotos). Estas fueron anotadas con datos vectoriales, como direcciones o información contenida en el Registro Gráfico de la Propiedad (RGP). A continuación, algoritmos de aprendizaje profundo, incluido el modelo de aprendizaje automático U-Net basado en redes neuronales convolucionales 2D, determinan las características relevantes de las imágenes para asignar a cada píxel una probabilidad de pertenecer a dos categorías: viñedo o huerto. Los resultados muestran una mejora significativa respecto a los métodos tradicionales. La IA detectó 1.790,8 ha más de parcelas de viñedo y 46,7 hectáreas más de huertos que en el informe del RGP, es decir, el 24% del total de parcelas de la zona de estudio que no estaban declaradas o lo estaban de forma incorrecta.
El objetivo del proyecto sigue siendo diseñar un sistema de vigilancia epidemiológica de los cánceres en adultos, en particular los relacionados con la exposición ambiental a pesticidas, en los habitantes que viven cerca de zonas agrícolas. Pero al cruzar estos nuevos datos obtenidos mediante IA con los registros de cáncer (1,3 millones de casos), ahora también se pueden estudiar con mayor precisión los vínculos entre la presencia de pesticidas y las enfermedades en la población local. El proyecto se centrará inicialmente en las enfermedades malignas de la sangre, cuyo presunto vínculo con la exposición a pesticidas es significativo. Identificar el lugar de residencia de los pacientes en los mapas permitirá un análisis en profundidad de la relación entre la exposición residencial y el riesgo de cáncer.
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