en junio un La tripulación de cuatro personas ingresará a un hangar en el Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston, Texas, y pasará un año dentro de un edificio impreso en 3D. Hecha de una pasta que, antes de secarse, parecían líneas prolijamente dispuestas de helado suave, Mars Dune Alpha tiene habitaciones para la tripulación, espacio habitable compartido y áreas dedicadas para administrar atención médica y cultivar alimentos. El espacio de 1,700 pies cuadrados, que es del color del suelo marciano, fue diseñado por la firma de arquitectura BIG-Bjarke Ingels Group e impreso en 3D por Icon Technology.
Los experimentos dentro de la estructura se centrarán en los desafíos de salud física y conductual que enfrentarán las personas durante las residencias a largo plazo en el espacio. Pero también es la primera estructura construida para una misión de la NASA por el equipo de Tecnología de Construcción Autónoma Planetaria de la Luna a Marte (MMPACT), que se está preparando ahora para los primeros proyectos de construcción en un cuerpo planetario más allá de la Tierra.
Cuando la humanidad regrese a la luna como parte del programa Artemis de la NASA, los astronautas primero vivirán en lugares como una estación espacial en órbita, en un módulo de aterrizaje lunar o en hábitats de superficie inflables. Pero el equipo de MMPACT se está preparando para la construcción de estructuras sostenibles y duraderas. Para evitar el alto costo de enviar material desde la Tierra, lo que requeriría cohetes masivos y gastos de combustible, eso significa usar el regolito que ya está allí, convertirlo en una pasta que se puede imprimir en 3D en capas delgadas o en diferentes formas.
El primer proyecto fuera del planeta del equipo está programado tentativamente para fines de 2027. Para esa misión, un brazo robótico con una excavadora, que se conectará al costado de un módulo de aterrizaje lunar, clasificará y apilará el regolito, dice el investigador principal Corky Clinton. Las misiones posteriores se centrarán en el uso de excavadoras semiautónomas y otras máquinas para construir viviendas, carreteras, invernaderos, centrales eléctricas y escudos contra explosiones que rodearán las plataformas de lanzamiento de cohetes.
El primer paso hacia la impresión 3D en la luna implicará el uso de láseres o microondas para derretir el regolito, dice la líder del equipo MMPACT, Jennifer Edmunson. Luego debe enfriarse para permitir que escapen los gases; el no hacerlo puede dejar el material plagado de agujeros como una esponja. Luego, el material se puede imprimir en las formas deseadas. Aún se está decidiendo cómo ensamblar las piezas terminadas. Para mantener a los astronautas fuera de peligro, Edmunson dice que el objetivo es hacer que la construcción sea lo más autónoma posible, pero agrega: "No puedo descartar el uso de humanos para mantener y reparar nuestro equipo a gran escala en el futuro".
Uno de los desafíos que enfrenta el equipo ahora es cómo convertir el regolito lunar en un material de construcción lo suficientemente fuerte y duradero para proteger la vida humana. Por un lado, dado que las futuras misiones de Artemis estarán cerca del polo sur de la luna, el regolito podría contener hielo. Y por otro lado, no es que la NASA tenga montones de polvo y rocas lunares reales para experimentar, solo muestras de la misión Apolo 16.
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