El entorno cuántico en Francia es dinámico, con start-ups en pleno crecimiento: Pasqal, Quandela, Alice y Bob. También hay que contar con C12, que ha anunciado una segunda ronda de financiación de 18 millones de euros procedentes de inversores como Varsity, Capital, EIC Fund y Verve Ventures, pero también de 360 ​​Capital, Bpifrance, a través de su fondo Digital Venture y BNP Paribas Développement, que había participado en la primera ronda de financiación de la joven empresa por un importe de 10 millones de dólares.

El C12 fue creado en enero de 2020 por Matthieu y Pierre Desjardins, Takis Kontos, director de investigación del CNRS, Matthieu Delbecq y Jérémie Viennot. Basaron su trabajo en los trabajos del laboratorio de física de la ENS de París sobre los nanotubos de carbono. "Se trata de un material extremadamente puro, que protege y aísla un electrón de su entorno. Así podemos controlar el espín del cúbit y evitar así las perturbaciones", subraya Matthieu Desjardins, director técnico del C12. Un enfoque que abre la vía al desarrollo industrial, "porque los nanotubos de carbono se pueden integrar en un chip de silicio. Hemos patentado este proceso", asegura el director. Un prototipo está visible en París en la Quantum Fab del C12 para realizar pruebas.

En su fábrica cuántica, C12 demuestra la relevancia de su enfoque para los chips basados ​​en nanotubos de carbono. (Crédito de la foto: C12)

Construir un bus de comunicaciones y fortalecer alianzas

Aunque la primera ronda de financiación ha validado la investigación fundamental, la segunda aborda varios objetivos. "El primero es acelerar la I+D en torno al entrelazamiento entre dos qubits. Para ampliarlo, necesitamos crear un bus de comunicación entre los qubits", continúa Matthieu Desjardins. Este enlace se realiza mediante fotones ópticos y radiofrecuencias "abriendo el camino a más qubits y, por tanto, a sistemas aún más eficientes", añade. Al mismo tiempo, se trabaja en la corrección de errores y en los algoritmos utilizados para la computación cuántica. Otra dirección para C12 es el desarrollo de su ecosistema de socios y clientes. En este último sentido, la joven empresa ofrece un emulador de su sistema cuántico, llamado Callisto. Está disponible desde junio pasado en OVHCloud con una primera versión de 13 qubits. En cuanto al software, el emulador es compatible con varias soluciones del mercado como Qiskit de IBM o TKET, "somos agnósticos", especifica el director técnico.

En cuanto al mercado, la empresa se centra en los campos de la química y la energía para el codesarrollo. Así, es socio de Air Liquide en un caso de uso de suministro de gas para la industria de los semiconductores. "La tecnología cuántica permite simular reacciones químicas en función del uso de un gas concreto para encontrar la fórmula adecuada", asegura Matthieu Desjardins. La start-up también se encuentra en el programa Proqcima del Ministerio de las Fuerzas Armadas, que pretende crear de aquí a 2032 dos prototipos de ordenadores cuánticos universales con 128 qubits lógicos. La iniciativa cuenta con un presupuesto de 500 millones de euros en 10 años. Por último, la empresa sigue contratando para ampliar los 40 empleados "con un refuerzo de los equipos de I+D y de ventas", concluye el directivo.