¿Qué es Silicon Valley? Esta franja de tierra de la fiebre del oro y de la falla de San Andrés, de unos 100 km de largo por 10 km de ancho, donde nacieron y se desarrollaron Apple, Google, Meta, Netflix, Uber, Twitter y antes que ellos Intel y HP. Sociólogo e investigador del CNRS, Olivier Alexandre lo ha convertido en su tema de estudio y, el pasado mes de marzo, dio por fin su visión sobre el lado oscuro de esta caja negra con su exterior multicolor, en su grueso libro titulado "Tech, when Silicon Valley remakes the world", publicado por Seuil. Una inmersión en este universo mucho menos transparente de lo que parece.

Entre 2015 y 2022, este observador externo ha recogido suficiente material para intentar describir este universo. Habla de él y de sus "jugadores" que dicen creer en un supuesto servicio gratuito basado en datos y redes, comunidades ágiles y de aprendizaje reservadas a un determinado grupo de personas. Este universo donde los business angels hacen llover dinero. Evoca el oro gris y la embriaguez intelectual, en un universo propicio para la fascinación ciega, si estamos atentos. La concentración de la experiencia. La velocidad y la contracción del tiempo. Un universo más despiadado de lo que parece, hoy a los mandos del mundo.

¿Patentar el lenguaje o hablar libremente?

En un momento en el que las IA generativas están intentando literalmente modelar el lenguaje, ¿por qué no cuestionar cómo la tecnología se está apoderando cada vez más de él? Con una obra breve escrita por el filósofo belga y entusiasta de la tecnología, Pascal Chabot. Publicado hace 5 años, su "drama filosófico" titulado "El hombre que quería comprar el lenguaje", publicado por PUF, planteaba una pregunta extraña: ¿qué pasaría si patentáramos el lenguaje? En medio de una escena de caos total en una noche de huracán, una pareja debate sobre Wittgenstein y la libertad de hablar y pensar libremente. Escrito mucho antes de la ola de ChatGPT, cien páginas de cuestionamiento poético y filosófico, casi indispensable.