Por razones tanto estratégicas como de cumplimiento normativo, o incluso por convicción, las empresas deben prestar mucha atención no solo a sus indicadores internos de RSE, sino también a los de su cadena de suministro. Una exigencia compleja, sobre todo para los fabricantes. En la conferencia IvaluaNow del editor de soluciones de gestión de suministros Ivalua, en Versalles, algunos de ellos pudieron dar fe de ello.

“Evonik produce componentes químicos intermedios para sectores tan diversos como el farmacéutico, el alimentario, el cosmético, el electrónico, etc.”, explica Matthias Moll, director de estrategia e integración de la empresa química. “Y sus necesidades de suministro son muy variadas”. Sin embargo, a la hora de gestionar el impacto de la RSC, el grupo químico aglutina toda la demanda bajo un mismo paraguas, lo que no le permite obtener la granularidad de información deseada. Además, otros elementos complican aún más la cuestión, como los umbrales de sostenibilidad de los productos por debajo de los cuales no es posible tener un precio por encima del mercado. “Una botella de plástico con un 40% de material reciclado o verde no podrá tener un precio por encima del mercado, pero sí puede ser así con un 80 o 90%, por ejemplo. Esto supone un reto aún mayor para nosotros, ya que solo suministramos los ingredientes químicos, y no el producto final”.

Colaboraciones sectoriales esenciales

Por ello, medir, gestionar y controlar la RSE de la cadena de suministro en un contexto como este es un proceso complejo. "Tenemos 30.000 proveedores", insiste Matthias Moll. "No podemos enviar solicitudes individuales de cientos de páginas por correo electrónico a cada uno de ellos". Por ello, para Evonik, medir el alcance 3 de la huella de carbono de la industria química puede convertirse en una pesadilla, a menos que colaboren, automaticen y recopilen la mayor cantidad de datos posible. Para lograrlo, el fabricante comenzó a trabajar en 2011 en un marco estándar común para la RSE de la cadena de suministro, con otras empresas del sector, competidores, clientes y proveedores. La iniciativa TFS (Juntos por la Sostenibilidad) cuenta ya con más de 50 miembros del sector químico.

Michael Benitah, director de éxito de clientes europeos de la empresa de evaluación y calificación de RSE Ecovadis, cree que el número de asociaciones industriales está aumentando con razón, y cita Grupo de expertos en inteligencia artificial (IAEG) Por ejemplo, en el sector aeroespacial, se justifican por la complejidad del tema y de los pasos que se deben implementar, así como por la necesidad de coordinar, compartir datos, herramientas de medición, mejores prácticas y métodos.

La cuestión de identificar y explotar los datos de toda la cadena de suministro para una evaluación y una estrategia de RSE sigue siendo un quebradero de cabeza. Según Ecovadis, solo el 25% de las arquitecturas digitales de la cadena de suministro incluyen datos de RSE sobre actividades de extremo a extremo, como los riesgos de abastecimiento, la gestión de proveedores, etc. Por tanto, estos datos existen, pero solo se utilizan en el 25% de los casos. ¿Cómo podemos utilizar mejor estos datos para la elaboración de informes, pero también para tomar decisiones más informadas? "Hace tiempo que se considera que este tema está relacionado con temas como la calidad o los costes", afirma Michael Benitah. Ahora las empresas deben integrarlo completamente con el resto de las cuestiones de la empresa, en sus procesos. Esto significa que la cadena de suministro debe estar conectada con el resto del sistema a través de API o BI, por ejemplo. También es necesario implicar activamente a las habilidades de analista de datos para crear cuadros de mando específicos de RSE en los suministros. Todos en la empresa deben contribuir y tener acceso a esta información. El uso de una herramienta aislada, no conectada con el resto del sistema, es inútil.

Recopilación de datos de RSE de proveedores de primer nivel

Además, según Ecovadis, solo una cuarta parte de las empresas tienen información sobre RSE de sus proveedores y subcontratistas más allá del nivel 1, y solo de la mitad de ellos. Sin embargo, Michael Benitah pone las cosas en perspectiva y aboga por un enfoque gradual. "Las organizaciones deben asegurarse primero de que tienen todos los datos de RSE, de manera exhaustiva, para el nivel 1. Luego, solo poco a poco, pueden ir descendiendo por la cadena de suministro". Para compensar la falta de datos, Ecovadis también se basa en la inteligencia artificial para identificar conexiones entre una empresa y ciertos proveedores o descubrir nuevas fuentes de riesgo que deben tenerse en cuenta, etc.

Las normativas sobre RSE, en particular en la Unión Europea, están presionando aún más a los fabricantes para que la sitúen en el centro de sus estrategias. La CSRD (Directiva sobre informes de sostenibilidad de las empresas), en primer lugar, porque ya están sujetos a ella, o la CSDDD (Directiva de diligencia debida en materia de sostenibilidad de las empresas), que impondrá la debida diligencia en materia de impacto medioambiental, pero también el respeto de los derechos humanos, en una parte de la cadena de suministro. Pero Michael Betinah, de Evonik, también menciona la llegada en 2026 de la Mecanismo de ajuste fronterizo de las emisiones de carbono (CBAM) "El precio del carbono de los productos importados en el territorio aduanero de la Unión Europea será equivalente al que se aplica a los fabricantes europeos que fabrican estos productos", afirma Matthias Moll. "En la industria química, también estamos al principio de la cadena. El MACF nos afecta directamente, por ejemplo en el caso del amoniaco. El CO2 costará mucho dinero a los fabricantes", concluye. "Ya no será una simple cuestión de información o de marketing".