No sorprende decir que este regreso a la escuela esté marcado por un ambiente de pesimismo económico. Entre los recortes de personal y la lenta rotación de proveedores, el sector de TI está sufriendo. En este contexto, las IPO parecen complicadas y ARM, aunque se espera que dé un paso adelante en este punto, no es una excepción. Porque si los candidatos declarados se pelean en la puerta de ARM para hacerse con acciones (Alphabet, Apple, Intel, Nvidia, Samsung, TSMC...), detrás de escena es un poco más complicado de lo esperado.

De acuerdo a el periódico de Wall Street que pudo hablar con fuentes famosas cercanas al asunto, el diseñador de chips bajó el precio de las acciones para su salida a bolsa fijado oficialmente en $ 51. Un nivel 1$ inferior a los 52$ esperados. Lo mismo ocurre con la valoración del grupo, estimada ahora en 54.500 millones de dólares, un nivel ciertamente sustancial, pero lejos del rango anterior de 60.000 a 70.000 millones de dólares. En total, se colocaron en el mercado 95,5 millones de acciones.

Oportunidades crecientes en centros de datos, SmartNIC y automóviles

ARM (propiedad del Softbank japonés, recordemos) prefiere sin embargo ver el vaso medio vacío. Durante su último año fiscal 2023 finalizado el 31 de marzo, la empresa registró una facturación estable. Un comportamiento notable en un contexto de mercado de smartphones en declive y en el que el grupo evidentemente está muy presente. Sin embargo, ARM prevé mercados boyantes como los de los centros de datos y SmartNIC o incluso los chips para la industria automovilística, que deberían aumentar de 17,9 a 28,4 mil millones de dólares y de 18,8 a 29,1 mil millones de dólares respectivamente.